Foro para la Izquierda Comunista Internacionalista
Sumario
La decadencia del capitalismo de Rosa Luxemburgo
Áreas geográficas pre-capitalistas y mercados extra-capitalistas
¿Economía o geografía? ¿Apreciación relativa o absoluta?
Luxemburgo y la acumulación desde 1914
Los mercados extra-capitalistas y el crecimiento económico
La teoría de Rosa Luxemburgo y la prueba de los Treinta gloriosos
¿A cuando se remonta el principio de la decadencia en el plano económico?
¿Un crecimiento de mercados extra-capitalistas durante la segunda guerra mundial?
Los mercados extra-capitalistas a partir de 1945
El misterio de los fundamentos económicos de la decadencia
Huérfanos de la decadencia
Errores sistemáticos en la perspectiva
El materialismo frente al idealismo
Conclusión
Algunos componentes de la corriente de la Izquierda Comunista defienden la idea de que el capitalismo ha entrado en su fase de obsolescencia desde la primera guerra mundial. Este diagnóstico se debería al patrimonio político heredado de la Tercera Internacional : “II. El período de decadencia del capitalismo : Después de analizar la situación económica mundial, el tercer congreso vio con la precisión más completa que el capitalismo, después de haber cumplido su misión de desarrollar las fuerzas productivas, ha entrado en la más irreductible contradicción con las necesidades no sólo del presente histórico, sino también con las condiciones de existencia humana más elementales. Esta contradicción fundamental se refleja sobre todo en la última guerra imperialista y se vio además agravada por esta guerra que sacudió, de la manera más profunda, el sistema de producción y circulación. El capitalismo, que se sobrevive a sí mismo, ha entrado en la fase en la que la acción destructiva de sus fuerzas desatadas arruina y paraliza las conquistas económicas antes obtenidas por el proletariado de los lazos de la esclavitud capitalista. [...] Lo que el capitalismo atraviesa hoy no es otra cosa que su agonía” [1].
Los fundamentos teóricos de este “período de decadencia del capitalismo”, sin embargo, nunca han sido unánimes : van desde la teoría del imperialismo de Lenin, a la saturación de los mercados extra-capitalistas de Luxemburgo, pasando por las distintas explicaciones de Grossman y Mattick sobre el descenso de la tasa de ganancia. Por otra parte, este capitalismo que fue tachado de moribundo en 1914 sigue en pie después de un siglo y ha llegado incluso a arrastrar a su paso áreas enteras del mundo que aquel diagnóstico de decadencia condenaba por siempre al subdesarrollo : China, India, Brasil, sudeste asiático...
Esto entonces plantea la pregunta siguiente : ¿cómo todas estas teorías que se supone que fundamentan la obsolescencia del capitalismo pueden explicar un siglo de acumulación de capital? Este será el tema de una serie de contribuciones donde en principio se discutirá el marco teórico desarrollado por Rosa Luxemburgo.
En su obra más importante sobre La acumulación del capital (1913), Rosa Luxemburgo tiene la intención de exponer los “límites objetivos históricos … de la producción capitalista” [2]. Se desarrolla aquí la idea de que el capitalismo habría llegado a “la fase final de su trayectoria histórica : el imperialismo” [3], ya que “las posibilidades de expansión que se le ofrecen, parecen ser mínimas en comparación con el alto nivel alcanzado por el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas...” [4], y que este ámbito entonces “mínimo” irremediablemente frenaría el crecimiento económico mundial : “...en las últimas dos décadas ... parece que el crecimiento [de la industria británica], ha sido mucho más lento que antes. El mismo destino que a la industria británica también espera a la industria alemana, a la industria de América del Norte y, finalmente, a toda la industria en el mundo” [5].
Este freno al desarrollo de las fuerzas productivas no es otro que la característica de que parte Marx para definir la obsolescencia de un modo de producción : “...el sistema capitalista se convierte en un obstáculo para la expansión de las fuerzas productivas del trabajo. En este punto, el capital, o más precisamente, el trabajo asalariado, entra en la misma relación entre el desarrollo de la riqueza social y de las fuerzas productivas que el sistema gremial, la servidumbre, la esclavitud, y es rechazado necesariamente como un obstáculo” [6]. Se confirmará este diagnóstico en El Capital : “...el sistema de producción capitalista cae en una nueva contradicción. Su misión histórica es la de desarrollarse, de hacer avanzar espectacularmente, en progresión geométrica, la productividad del trabajo humano. Él es infiel a su vocación desde el momento que se transforma, como en este caso, en un obstáculo al desarrollo de la productividad. Con esto simplemente demuestra, una vez más, que entra en su período senil y que se sobrevive a si mismo cada vez más” [7]. Es también el análisis desarrollado por Engels en el seno de la social-democracia : “Desde que Inglaterra está perdiendo progresivamente el monopolio del mercado mundial, debido a la participación de Francia, Alemania y, especialmente de Estados Unidos en el comercio internacional, parece quererse establecer una nueva forma de equilibrio. El período de prosperidad general anterior a la crisis no aparecerá siempre, y si parece poco, un estancamiento crónico, con ligeras fluctuaciones, se convertirá en el estado normal de la industria moderna” [8].
Sin embargo, la acumulación durante un siglo de capitalismo – llamado decadente – ha venido formalmente a refutar esta previsión de “estancamiento” y de “obstáculo para la expansión de las fuerzas productivas” ya que el aumento en el producto mundial per cápita fue dos veces más rápido que en la ascendencia (véase más abajo)! Ante estos datos, son posibles varias actitudes :
1 – Bien abandonar o no adherirse a la idea de la obsolescencia del capitalismo. Es la elección de ciertos componentes de la Izquierda Comunista, tanto italiana como germano-holandesa.
2 – O bien enfrentarse a estas cifras y tratar de demostrar que existiría como mínimo una desaceleración del crecimiento. Pero este posicionamiento implica justificar una división de este último por un factor de más de la mitad. Basta con decir que nunca ha habido ninguna demostración seria, en tanto que la tarea es inabordable. Si este ‘argumento’ encuentra un lugar destacado en algunos grupos de la Izquierda Comunista, su justificación fue desarrollada principalmente por los trotskistas para ‘validar’ la sentencia pronunciada en su manifiesto de 1938 : que, no es una desaceleración, sino una parada en el desarrollo de las fuerzas productivas [9].
3 – Quizás, invertir la definición dada por Marx y afirmar que la decadencia del capitalismo no se caracteriza por un freno, sino por un desarrollo sin precedentes de las fuerzas productivas al punto que lleva a guerras y catástrofes irreparables, poniendo a la misma humanidad en peligro. Esta es la opción elegida por el grupo Perspectiva Internacionalista (PI).
4 – O abandonar las explicaciones sobre la obsolescencia del capitalismo que no se corresponden con la realidad, al tiempo que se propone una profundización teórica e histórica para entender esta falta de freno al desarrollo de las fuerzas productivas. Es la opción por que hemos optado en el estado actual de nuestra reflexión y que vamos a desarrollar en un artículo posterior de esta serie [10].
5 – O retrasar el advenimiento de la obsolescencia del capitalismo al futuro según lo previsto por Pannekoek en 1945 : “Una vez que [el capitalismo], haya llevado a su campo a los cientos de millones de personas hacinadas en las fértiles llanuras de China y la India, la tarea principal del capitalismo se habrá llevado a cabo. [...] Como la expansión de la capital se encontrará sin salida [...] Entonces ellos [los trabajadores] asumirán la tarea de crear un mundo mejor en el caos causado por el capitalismo en plena descomposición” [11]. Esta es una perspectiva muy fructífera que debe ser seriamente investigada y esgrimen ciertos elementos dentro de la Izquierda Comunista [12].
6 - Finalmente mantener el diagnóstico de la obsolescencia del capitalismo en el contexto de los citados análisis tradicionales, tratando de explicar la acumulación de capital durante un siglo de decadencia en el mismo contexto. Este es el camino adoptado hoy por el principal impulsor de la teoría luxemburguista de la acumulación : la Corriente Comunista Internacional (CCI). El problema que se le plantea a esta organización es el siguiente : ¿Cómo mantener el diagnóstico de decadencia y de freno al desarrollo de las fuerzas productivas derivadas de la falta de mercados extra-capitalistas, al mismo tiempo que explicar el fuerte crecimiento de las fuerzas productivas durante este período sobre la base de los mercados extra-capitalistas suficientes ? En otras palabras, ¿cómo explicar la acumulación de capital en decadencia mientras que los mercados extra-capitalistas que fundamentaban aquella fueron clasificados como “mínimos” en 1913 por Rosa Luxemburgo y que estos mercados no han hecho más que restringirse desde entonces [13]? Este primer artículo trata de estas tentativas de ‘respuesta’, no respondidas y / o las contradicciones engendradas por este dilema. Las posiciones restantes se discutirán en las aportaciones futuras de esta serie.
En su libro sobre la Acumulación..., Luxemburgo distingue claramente dos conceptos que son las áreas geográficas pre-capitalistas y los mercados extra-capitalistas. De hecho, explicó que las áreas geográficas pre-capitalistas no constituían un mercado extra-capitalista si se desarrolla de forma espontánea una economía de mercado capitalista como resultado de la acción del colonialismo o el imperialismo. Así, si la colonia de Australia fue parte de la zona geográfica pre-capitalistas inglesa, por contra, nunca podría representar el menor mercado extra-capitalista, ya que las sociedades nativas no habían ni llegado aún a la etapa de riqueza material!
No todas las zonas pre-capitalistas constituyen otros tantos mercados extra-capitalistas correspondientes. Por lo tanto, “el establecimiento de la dominación del capital europeo en los países fuera de Europa pasa por dos etapas : en primer lugar la penetración del comercio y la integración de los indígenas al intercambio de mercancías, en parte la transformación de las formas preexistentes indígenas de producción mercantil ; a continuación , la expropiación de los indígenas y de sus tierras, y por tanto de sus medios de producción, bajo una forma u otra” [14].
Así que, incluso si el área pre-capitalista sigue siendo geográficamente la mayor parte del mundo en el comienzo del siglo XIX, Luxemburgo sin embargo considera que el mercado extra-capitalistaque que esa área contiene ha devenido económicamente demasiado estrecho para el buen funcionamiento de la acumulación capitalista : “ Geográficamente , esta área sigue siendo la mayor parte del mundo. Sin embargo, las posibilidades de expansión que ofrece al imperialismo parece ser mínima en comparación con el alto nivel alcanzado por el desarrollo capitalista de las fuerzas productivas ...” [15].
Por lo tanto, en el resto de esta cita, Luxemburgo compara estos mercados extra-capitalistas en relación con : (a) “la enorme cantidad de capital ya acumulado en los viejos países capitalistas” y (b) “la velocidad con la que los país pre-capitalistas se convierten en capitalistas” [16]. Ella cree que estos dos factores han llegado a tal nivel en el siglo XX que los mercados extra-capitalistas ya no pueden desempeñar un papel significativo en relación con el desarrollo alcanzado por la acumulación a escala mundial. En efecto, en relación al primer factor, Luxemburgo considera que la enorme cantidad de capital ya acumulado en el año 1913 hace “mínimo” el campo de expansión del imperialismo en los mercados extra-capitalistas restantes. En cuanto al segundo factor, ella cree que ha dejado de funcionar hasta el punto en que hará del hecho de que sea imposible que los países pre-capitalistas se transformen en verdaderos países capitalistas en el periodo de decadencia la clave de su posición sobre la cuestión nacional.
Un partidario fiel de este análisis tampoco estaba equivocado cuando escribió que “un mercado ‘grande’ o ‘pequeño’ no se mide por la extensión del país, sino por el grado de la demanda solvente y especialmente por la demanda solvente extra-capitalista” [17]. En otras palabras, ni Luxemburgo, ni Chirik confundían la geografía con la economía, porque sabían muy bien que si las áreas geográficas pre-capitalistas seguían siendo muy grandes en 1914, el mercado extra-capitalista que contenían se había convertido en “muy pequeño en comparación con el alto nivel alcanzado por el desarrollo capitalista de las fuerzas productivas”. Este era, para Luxemburgo y Chirik, la base económica del freno al desarrollo de las fuerzas productivas que es el fundamento del comienzo de la decadencia de un modo de producción.
Éste no es el método utilizado por algunos de sus epígonos actuales que razonan en un sentido geográfico y absoluto. Para ellos, la mera mención de vastos territorios geográficos pre-capitalistas es suficiente para demostrar la existencia de los mercados extra-capitalistas requeridos para asegurar la acumulación en el siglo XX : “la reconstrucción consecutiva a la Primera Guerra Mundial” corrió “como antes el estallido de la guerra” a través de “la venta a los mercados extra-capitalistas que constituyeron la salida necesaria para la acumulación capitalista” [18]. Para legitimar esta afirmación, el autor hábilmente cita sólo el principio del razonamiento de Luxemburgo sobre el plano geográfico, pero sin reproducirla parte, o recortando esta apreciación sobre el plano económico y relativo al nivel alcanzado por las fuerzas productivas [19]. Este subterfugio es muy sencillo de entender : obligado a explicar la acumulación continua durante un siglo de decadencia con la ayuda de los mercados extra-capitalistas, la CCI los debe declarar suficientes en lugar de “mínimos” como pensaba Luxemburgo en 1913 y como ella también escribió en muchos de sus textos propios de base [20] y las resoluciones del Congreso [21]!
Este repentino amor por la geografía no es la menor de las paradojas, ya que Luxemburgo subrayó en numerosas ocasiones la necesidad de obtener la plusvalía en dinero contante y sonante, por lo tanto en valor, y no en zonas geográficas. ¡De hecho, hasta que se demuestre lo contrario, se paga por los productos en forma monetaria y no por área geográfica!
Además, contentarse con mencionar “la extensión de país”, y no considerar “la demanda efectiva extra-capitalista” (M.Chirik) no nos sorprende, ya que las mejores evaluaciones generales siempre llegan a la conclusión de que la contribución de esta demanda es marginal [22]. En vano se buscaría en los escritos de los epígonos la menor estimación empírica en VALOR demostrando que los mercados extra-capitalistas eran todavía económicamente “suficientes para la acumulación de la post-guerra”. Y lo mismo que en relación a la refutación de las estimaciones actuales que certifican este carácter “mínimo” planteado por Luxemburgo en 1913 [23]. Sin pruebas materiales, las afirmaciones actuales de la CCI no son sino pura especulación ; pero también tienen el efecto de generar una serie de inconsistencias que hacen el siglo XX totalmente incomprensible.
De hecho, el trabajo de Luxemburgo tenía la ambición de explicar los “límites históricos objetivos” del capitalismo y de fundamentar su “fase final”. Pero en una siglo de decadencia (1913-2006), la producción mundial per cápita se ha multiplicado por 4,7, dos veces más que un siglo de capitalismo ascendente (1820 a 1913), donde se multiplica ese producto un 2,3 [24]! Es aún más significativo que el mencionado período de decadencia ha experimentado una explosión demográfica en el Tercer Mundo. Sin embargo, aun con este aumento considerable de la población en los países pobres, per cápita , sin embargo, el capitalismo ha logrado duplicar su crecimiento durante la decadencia, en comparación con la fase ascendente.
Y cuando se compara con el período de mayor crecimiento del capitalismo antes de la Primera Guerra Mundial – lo que es altamente cuestionable como elección, porque los dos períodos son de muy diferentes longitudes – el aumento del crecimiento sigue siendo mucho mayor. Así, la tasa media anual de crecimiento de la producción mundial es de 2,1% entre 1870 y 1913 y un 3,1% entre 1913 y 2003 [25]! Esto niega la afirmación de que “el continuo crecimiento después de 1914 hasta hoy” se ha realizado “a un ritmo menor que el característico del auge de la ascendencia del capitalismo (la mayor parte de la segunda mitad del siglo XIX hasta 1914)” [26].
¡Por tanto, estamos frente a una “fase final” muy singular, a la vista de las previsiones de Luxemburgo y de sus epígonos! Es decir, ¡no es la prueba de que “la reconstrucción posterior a la Primera Guerra Mundial” continuará “como antes del estallido del conflicto” lo que estos últimos deberían aportar, sino la de la duplicación de los mercados extra-capitalistas a lo largo de la decadencia! Lo que es muy embarazoso, ya que, al mismo tiempo, la CCI mantiene la idea de un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas sobre la base de la insuficiencia de estos mercados. El hecho es que dado el nivel de incoherencia de sus epígonos, la teoría de la acumulación luxemburguista no puede dar cuenta la acumulación desde 1914.
Lo que la hace incluso menos capaz de explicar la acumulación es que esta teoría hace de los mercados extra-capitalistas el fundamento de la dinámica del capitalismo, en cualquier tiempo o país, cuando hay una relación exactamente inversa entre crecimiento económico y la importancia de estos mercados :
1 - La dinámica del capitalismo en el siglo XIX es dos veces menor cuando los mercados extra-capitalistas a su disposición son abundantes y es dos veces mayor en el siglo XX, cuando estos mercados son relativamente insuficientes y tienden a desaparecer!
2 - Todos los países sin o con pocas colonias durante los años de imperialismo colonial que Rosa Luxemburgo define como el periodo más próspero del capitalismo (1880-1913) han experimentado un crecimiento un 71% más rápido en comparación con el los países colonialistas [27]!
3 - Del mismo modo, durante el período de prosperidad consecutivo a la Segunda Guerra Mundial, los países sin mercados coloniales o neocoloniales, como Alemania y Japón, por ejemplo, han experimentado tasas de crecimiento de dos a tres veces más alto que los otros.
4 - Lo mismo ocurre con las altas tasas de crecimiento elevadas de algunos países "emergentes" en la actualidad : su comercio es principalmente con el capitalismo puro y no con su esfera no-capitalista, que es sin embargo importando.
Hacer del comercio con el ámbito pre-capitalista la condición imprescindible a la acumulación ampliada es aún más sorprendente en tanto en cuanto Marx había dejado clara esta relación inversa entre el crecimiento y mercados extra-capitalistas : “Mientras el capital es débil, trata de apoyarse en las muletas de un modo de producción acabado o en vías de desaparición; tan pronto como se siente fuerte, se desembaraza de sus muletas y se mueve conforme a sus propias leyes” [28]. La oposición aquí es irreductible : Luxemburgo cree que el capitalismo alimenta el dinamismo de su comercio con los modos de producción obsoletos o en vías de desaparición y que su muerte ocurre cuando estos mercados extra-capitalistas desaparecen para dar paso a un mundo compuesto exclusivamente por capitalistas y trabajadores. Por el contrario, Marx explicó que el capitalismo es débil cuando se apoya en las muletas de un modo de producción en vías de extinción, pero es fuerte y se mueve bajo sus propias leyes cuando logra deshacerse de estas muletas y se compone sólo de los capitalistas y los trabajadores. Es la razón por la que El capital no habla de la esfera pre-capitalista más que en el marco de la acumulación primitiva y que esta esfera luego desaparece por completo en el análisis de la acumulación ampliada [29].
La teoría de Rosa Luxemburgo es aún más embarazosa cuando sus partidarios tratan de explicar la fase de prosperidad después de la Segunda Guerra Mundial. En efecto, ¿cómo se puede argumentar razonablemente que el auge de los Treinta gloriosos se puede explicar con la ayuda de los mercados extra-capitalistas mientras que estos han sido declarados congestionadas a raíz de la crisis de 1929, y lo son aún más por consiguiente para explicar la segunda guerra mundial? Además, el acceso a estos mercados a través del comercio mundial se ha reducido drásticamente en dos terceras partes después de la Segunda Guerra Mundial [30] : el bloque del Este se repliega detrás de su telón de acero, China y India se aíslan en políticas militar-nacionalistas y una serie de países del tercer mundo les siguen más o menos radicalmente durante períodos variables [31]. Estamos aquí, al menos en una proporción de uno a seis entre la disponibilidad de mercados extra-capitalistas ‘externos’ y el crecimiento económico. A pesar de esta reducción, sin embargo, el capitalismo ha logrado crecer dos o tres veces más rápido después de 1945 que al fin de la fase ascendente [32]! Por lo tanto, sostener que la primera parte de la fase de prosperidad de la posguerra se basó en los mercados extra-capitalistas no sólo es irracional sino que se presenta más como un milagro que como un análisis marxista al menos un poco serio.
¿A cuándo se remonta el freno al desarrollo de las fuerzas productivas ejercida por la falta relativa de mercados extra-capitalistas, ya que no es en 1914 cuando comenzó la decadencia sobre el plano económico? La respuesta actual de los defensores del análisis luxemburguista de la acumulación es cambiar el inicio a 1929 : “Sin embargo, siendo insuficiente la capacidad de absorción de los mercados extra-capitalistas en vista de la masa de mercancías producidas por los países industrializados, la reanudación cayó rápidamente en las trampa de la sobreproducción con la crisis de 1929” [33]. En realidad, nada es menos seguro porque, como la crisis de 1929 llevó a la guerra, los mercados extra-capitalistas declarados insuficientes en 1929 han seguido pues disminuyendo. Entonces, ¿Cómo podemos declarar estos mercados extra-capitalistas insuficientes en 1929 y aún más en 1940 ... y de pronto decretarlos suficientes para explicar el “período abierto por la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial” período de que “superó los mejores indicadores económicos de la ascendencia del capitalismo” [34]? ¿Cómo se puede razonablemente hacer creer al lector que lo que era insuficiente en 1929 y en 1940 ha reaparecido milagrosamente en 1945 y explicar la fase más próspera de la historia del capitalismo, es decir, una fase de intensa acumulación ampliada que requeriría por lo tanto una cantidad mucho mayor de mercados extra-capitalistas que en 1929 o 1940? ¡El lector no entiende nada!
La consecuencia lógica que se desprende es que el freno en el desarrollo de las fuerzas productivas se manifiesta a mediados de la década de 1950, es decir, desde el momento en que la CCI estima que estos mercados extra-capitalistas se volverían verdaderamente insuficientes ! En efecto, si la acumulación tras la Primera Guerra Mundial se desarrollara como en el siglo XIX y como si los mercados extra-capitalistas permanecieron suficientes como para ser la base del período más próspero en la historia del capitalismo, entonces esta es la explicación misma de la decadencia en el plano económicola que desaparece ya que lo que frena el desarrollo de las fuerzas productivas no comienza a ejercer su acción sino a partir de 1950-60!
Pero las inconsistencias de esta explicación no se detienen aquí. De hecho, ya que la crisis de 1929 llevó a la guerra, los mercados extra-capitalistas ya insuficientes en 1929 han seguido disminuyendo hasta 1940. Pero como el inicio y una gran parte de la prosperidad de posguerra se explicaría por la disponibilidad de suficientes mercados extra-capitalistas, el lector de CCI deducirá lógicamente que es la guerra lo que los ha regenerado! Sin embargo, esta explicación es rechazada por nuestros epígonos, ya que rechazan cualquier resultado económico positivo en la guerra. Completo misterio pues. Esto es una verdadera paradoja porque esta organización había impulsado la apertura de su ‘debate’ sobre los Treinta gloriosos por la necesidad de corregir un error en su folleto sobre La decadencia del capitalismo, a saber, la idea de una racionalidad económico para las guerras en la decadencia por medio de la prosperidad inducida por la reconstrucción de lo destruido, o, aquí, lo que quiere ser expulsado por la puerta vuelve masivamente por la ventana!
En la medida en que se sabe que el capitalismo puro ha sido desprovisto de dos terceras partes de su ámbito pre-capitalista ‘externa’ después de 1945 y que Europa y Japón salieron arruinados y endeudados por la guerra, este misterio está próximo al milagro. En efecto, ¿cómo se puede argumentar razonablemente que mercados ya saturados en 1929, aún más en 1940, amputados de sus dos terceras partes ‘externas’ en 1945 e integrados por jugadores arruinados y endeudados ... pueden de pronto ser declarados suficientes para iniciar y explicar una gran parte de la acumulación más intensa en la historia del capitalismo? ¡Silencio de nuestros epígonos en sobre este auténtico milagro!
Pero hay aún más misterio todavía, porque si se parte de la idea de que los mercados extra-capitalistas en 1945 son suficientes para impulsar la fase de más rápido crecimiento del capitalismo, entonces es su saturación en 1929 y 1940 lo que se convierte en incomprensible : ¿cómo explicar la crisis de 1929 y la segunda guerra mundial si los mercados extra-capitalistas sondeclarados suficientes para explicar la prosperidad después de 1945? Esa es la base principal de esta teoría la que se derrumba, porque ya no puede explicar las crisis y las guerras en la decadencia. Nuevo halo de silencio en torno a este misterio.
Marx es muy claro acerca de la característica esencial de la decadencia de un modo de producción : es el freno en el desarrollo de las fuerzas productivas ejercida por las relaciones sociales de producción que devienen obsoletas. Esto es lo que Engels recordaba al final de su vida hablando de “...estancamiento crónico” que “se convertiría en la condición normal de la industria moderna” [35]. Era también la opinión de Luxemburgo al considerar que “el crecimiento [de la industria británica], ha sido mucho más lento que antes” y que “El destino de la industria británica también espera a la industria alemana, la industria de América del Norte y, finalmente, toda la industria en el mundo” [36]. También fue la posición oficial de la Internacional Comunista, que habló de un ‘capitalismo en agonía que se sobrevive a sí mismo y que ha entrado en la fase en la que sus fuerzas destructivas arruinan y paralizan las conquistas económicas’ [37]. Y también es la posición oficial de la CCI que continua haciéndola su leitmotiv : “La fase de decadencia del capitalismo se caracteriza en general por la insuficiencia relativa de estos mercados con relación a las crecientes necesidades de flujo de bienes... […] …la continuidad del crecimiento después de 1914 y hasta hoy…” se ha realizado “a un ritmo menor que el del auge de la ascendencia del capitalismo (la mayor parte de la segunda mitad del siglo XIX hasta 1914)” [38].
Hoy, sin embargo, la CCI nos dice que “la reconstrucción posteriora la Primera Guerra Mundial” se llevó a cabo “como antes de que comenzara el conflicto”, gracias a “la venta a los mercados extra-capitalistas que constituyeron la salida necesaria a la acumulación capitalista” [39] y que estos mercados no se han agotado para entonces ya que se les considera como la base de una prosperidad sin precedentes después de la Segunda Guerra Mundial : “creemos … que los mercados extra-capitalistas han jugado un papel importante en la acumulación, sobre todo al principio de la década de 1950, que luego disminuyó gradualmente hasta finales de los años 60” [40]. Pero entonces, todavía hay un lastre para el crecimiento de las fuerzas productivas durante el curso de la decadencia ¿A partir de cuándo y cuál es la explicación económica?
Si la CCI no aporta ninguna respuesta válida y empíricamente demostrada a estas cuestiones elementales, es porque es imposible mantener el diagnóstico de freno al crecimiento de las fuerzas productivas a partir de mercados extra-capitalistas insuficientes y declararlos suficientes para explicar el crecimiento en la decadencia. Al ser forzado a aportar una respuesta a la acumulación de capital en el siglo XX en un cuadro luxemburguista, la CCI se encuentra huérfana de la decadencia.
La CCI sigue afirmando que “la fase de decadencia del capitalismo se caracteriza en general por la insuficiencia relativa de estos mercados con relación a las crecientes necesidades de flujo de bienes...” [41] y que esta fase se caracteriza por un freno al desarrollo de las fuerzas productivas : “la continuidad del crecimiento después de 1914 y hasta hoy” se ha realizado “a un ritmo menor que el del auge de la ascendencia del capitalismo (la mayor parte de la segunda mitad del siglo XIX hasta 1914)” [42]. Incluso sugiere que dos estimaciones precisan su pensamiento : “los 10 años que precedieron a 1929 ... no han estado marcados por una intensa actividad económica” y “durante la década de 1930 y gran parte de la década de 1940, la economía funciona a ralentí” [43]. Ninguna fuente o ninguna cifra validan estas afirmaciones ni se proporcionan a los lectores. Nos tendremos pues que cerciorar apoyándonos el material de referencia [44].
En primer lugar ¿es razonable afirmar que el crecimiento en la fase de decadencia es “a un ritmo más lento” en comparación con “los buenos tiempos de ascendencia del capitalismo”? Al comparar estos dos períodos como lo hace la CCI – lo cual es ya muy cuestionable, ya que compara dos períodos donde siendo uno de los cuales dos veces más largo que el otro – la tasa media anual de crecimiento de la producción mundial es de 3,1% entre 1913 y 2003 frente a sólo el 2,1% entre 1870 y 1913! Por lo tanto, no sólo la afirmación de la CCI es incorrecta sino que la realidad demuestra exactamente lo contrario : la tasa de crecimiento en la decadencia es una vez y media superior que la de “los buenos tiempos de la ascendencia del capitalismo”.
Por otra parte, si comparamos más bien a lo largo de las dos fases teniendo un período de tiempo igual a 93 años, la inanidad de la declaración de la CCI es aún más sorprendente debido a que el producto mundial per cápita de 1913 a 2006 se multiplica por 4,7, o sea dos veces más que desde 1820 hasta 1913, cuando ese producto se multiplica por 2,3 [45] y esto, como ya hemos señalado, es un comportamiento aún más notable porque se logró a pesar de la explosión demográfica en el Tercer Mundo. A pesar de este aumento considerable de la población en los países pobres, per cápita , el capitalismo decadente ha alcanzado el doble de su crecimiento comparativamente a la fase de ascenso.
¿Qué pasa con las otras dos afirmaciones para períodos más cortos? Todos son igualmente erróneas, ya que el crecimiento económico en la mayoría de países para los que tenemos cifras en esas fechas es de 1,95% entre 1913-1929 y de 2,2% entre 1929-1945 ... que es sustancialmente equivalente para el crecimiento de estos países entre 1870 y 1913, un 2,7% en todos los casos estas tasas no son en absoluto ‘funcionamiento al ralentí’ o ‘de baja actividad económica’.
En conclusión, tanto la base empírica de los crecimientos generales cómo de los periodos más cortos son ya falsos, ya exactamente opuestos a la realidad. El lector estará de acuerdo con nosotros que desde el principio, es muy difícil de seguir a la CCI sobre bases tan erróneas y contrarias incluso a las realidades más básicas. Por eso decimos que esta organización no aporta ninguna respuesta válida y verificada empíricamente a estas dos preguntas básicas como son el la ralentización del crecimiento de las fuerzas productivas y la explicación económica que la causa. La CCI es realmente una huérfana de la decadencia.
Prácticamente todos los grupos políticos que han confiado en la teoría de la acumulación luxemburguista han caído en errores graves de perspectiva cuyas consecuencias a menudo han implicado su dislocación. Esta es el caso de la tendencia de Essen del KAPD tras la Primera Guerra Mundial, de algunos grupos de la oposición durante la década de 1930, de Fritz Sternberg y de la Izquierda Comunista de Francia (GCF) después de la Segunda Guerra Mundial o el día de hoy de la CCI [46]. Así, en referencia a la GCF, el grupo negó toda posibilidad de reconstrucción del capitalismo después de 1945 [47] con el pretexto de que los mercados extra-capitalistas estaban totalmente saturados [48] y, en consecuencia, había predicho la llegada rápida de una tercera guerra mundial [49].
Mientras que tras la segunda guerra mundial el capitalismo está en vísperas de conocer el mayor período de prosperidad de su historia, el GCF piensa que “la situación económica del capitalismo será en efecto más desesperada que antes del estallido de la guerra […]. La única solución posible estaría en la continuidad de la guerra imperialista en otros sectores. […] …la guerra aparece como la única vía posible para el capitalismo en descomposición” [50]. y en consecuencia este grupo estimará erróneamente que la guerra de Corea en 1952 anuncia la inminencia de la 3ercera guerra mundial, porque “La desaparición de mercados extra-capitalistas implica una crisis permanente del capitalismo […] … no puede aumentar su producción. Se verá la luminosa confirmación de la teoría de Rosa Luxemburgo : el empequeñecimiento de los mercados extra-capitalistas supone una saturación del mercado propiamente capitalista […]. De hecho las colonias han dejado de representar un mercado extra-capitalista para la metrópoli, convirtiéndose en nuevos países capitalistas. Pierden así su carácter de mercados. […] la perspectiva de guerra … toma fecha. Vivimos en un estado de guerra inminente…” [51]. Enunciados en vísperas de los Treinta gloriosos, estos múltiples errores son reveladores de la necesidad de superar «la luminosa negación de la teoría de Rosa Luxemburg», volviendo a una comprensión mas coherente del funcionamiento y de los límites del capitalismo.
Este error de perspectiva será fatal, ya que se disolverá para preservar sus cuadros de la inundación de barbarie que, supuestamente, devastaría Europa... ¡mientras que en realidad estaba a punto de descubrir su período de mayor prosperidad! Por lo tanto, no es de extrañar que con tal bagaje político los textos fundamentales de la CCI sostengan que los mercados extra-capitalistas están saturados en términos absolutos desde 1914 y que la organización decreta el fin del capitalismo con la regularidad de un metrónomo durante casi medio siglo.. Así pues, es toda la historia concreta del sistema económico capitalista y toda a historia política de estos grupos revolucionarios las que invalidan la teoría de la acumulación luxemburguista como una herramienta para la comprensión de la decadencia y la acumulación de capital desde 1914.
Al principio de este artículo, resumimos las seis actitudes adoptadas en la Izquierda Comunista para hacer frente a la contradicción entre el diagnóstico de la decadencia capitalista y la búsqueda de la acumulación de capital vigorosa desde la Primera Guerra Mundial :
1 - No adherirse al diagnóstico de decadencia, o abandonarlo.
2 - Desafiar esta contradicción cuestionando las estadísticas.
3 - Invertir la definición propuesta por Marx para eliminar la contradicción.
4 - Explicar por qué el freno en la acumulación global de capital aún no ha sucedido.
5 - Referir la obsolescencia del capitalismo al futuro.
6 - Tratar de combinar el agua y el fuego manteniendo el diagnóstico de decadencia a pesar de intentar explicar la acumulación durante esta fase.
Obviamente, la primera posición, tercera, cuarta y quinta se basan en un enfoque que enfrenta el marco teórico a la realidad y no duda en modificarlo para que refleje mejor la realidad, es decir, enfrentar las contradicciones y la profundización del marco teórico de la comprensión revolucionaria del mundo. Esto es simplementeuna concretización del método marxista y científico de análisis.
Por contra, la segunda posición y la sexta considerando que el freno al desarrollo de las fuerzas productivas corresponde a un esquema teórico propio de la decadencia y se debe a toda costa preceder a la demostración. En estos enfoques, el marco teórico no es cuestionado y la realidad es negada, cuestionada o se presenta de de manera que sea conforme con el esquema de partida. Estos enfoques no confrontan el marco teórico con la realidad para hacerlo evolucionar, sino que tratan de hacer encajar la realidad en el troquel de un esquema teórico que se da por sentado y sin voluntad alguna de cuestionamiento. Esto es simplemente un método idealista de análisis.
Después de 40 años de silencio y en respuesta a nuestro trabajo, la CCI se vio obligada a abordar la cuestión de la acumulación de capital durante más de un siglo de decadencia, pero a su manera, es decir, no de frente sino en relación a un tema anexo : la explicación de la fase de prosperidad después de 1945 [52]. Después de cinco años de ‘debates’ (2005-2010) y una docena de contribuciones en su Revista Internacional, el misterio de los fundamentos económicos de la decadencia y el crecimiento de las fuerzas productivas en el siglo XX sigue sin resolverse : el lector no averiguará nada porque es la CCI la que no sabe nada de ello. Su famoso ‘debate’ empezó mal porque era inmaduro y mal planteado, continuaba envuelto en la confusión y la incoherencia más total.
C. Mcl (continuará…)
Nota : En la segunda parte de esta serie, examinaremos el papel y la importancia que desempeñan el crédito, la masa salarial y los gastos improductivos en la acumulación de capital en el siglo XX así como una estimación de la importancia de los mercados extra-capitalistas en diferentes fechas. El debate sobre la pertinencia de la teoría de Luxemburgo continuará como el examen crítico de los escasos datos empíricos presentados por sus epígonos.
[1] Extracto del segundo punto titulado ‘El período de decadencia del capitalismo’ de la Resolución sobre la táctica votado en el IV Congreso de la Comintern, página 155 de la reedición por Maspero (1975) de los Manifiestos, tesis y resoluciones de los cuatro primeros Congresos Mundiales de la Internacional Comunista 1919-1923.
[2] Prólogo a La acumulación…
[3] Al igual que Lenin en 1916 en su libro El imperialismo, fase superior del capitalismo (aunque por razones teóricas muy diferentes), Luxemburgo también desarrolló igualmente la idea de que el imperialismo era la última etapa del capitalismo : « La imposibilidad de la acumulación significativa desde el puntos de vista capitalista, la imposibilidad de un ulterior desarrollo de las fuerzas productivas, y por lo tanto la necesidad histórica objetiva del colapso del capitalismo. De ahí el comportamiento contradictorio del capitalismo en la última fase de su trayectoria histórica : el imperialismo » La acumulación…, § 29 ; « ...la expansión sigue toda la carrera histórica del capital, que ha tomado en su actual fase final, el imperialismo, una energía tan impetuoso que pone en cuestión toda la existencia civilizada de la humanidad » Anticritica.
[4] La acumulación…, a partir del § 31.
[5] Rosa Luxemburgo : Introducción a la Economía Política, Smolny : 384-385.
[6] Grundrisse, La Pléiade II : 272-273.
[7] Éditions Sociales, Libro III, Volumen VI.
[8] Engels : nota en la introducción de la primera edición alemana de Miseria de la filosofía de Marx.
[9] “La premisa económica de la revolución proletaria llegó desde hace mucho tiempo al punto más alto que se puede lograr bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han dejado de crecer. Los nuevos inventos y los nuevos avances tecnológicos ya no conducen a un aumento de la riqueza material” en el Programa de Transición que fue aprobado en 1938 como Manifiesto del marxismo revolucionario en la época del imperialismo, de las guerras y las revoluciones por el congreso de fundación de la IV Internacional trotskista.
[10] Este análisis se desarrolla en el capítulo IV de la obra Dinámicas, las contradicciones y crisis del capitalismo que fue publicado en ediciones Contradictions de 2010 y que presentamos en el número 4 de la revista Controverses.
[11] Anton Pannekoek, Consejos Obreros, 1941-45, Capítulo VI, ed. Bélibaste (1974).
[13] “La fase de decadencia del capitalismo se caracteriza en general por la falta relativa de estos mercados a la luz de las crecientes necesidades de flujo de bienes, debe deducirse que los mercados extra-capitalistas no han tenido que un papel marginal en la acumulación durante este período de la vida del capitalismo abierto por la guerra en 1914? Si es así, estos mercados no pueden explicar, aunque sea parcialmente, la acumulación realizada en los años 1950 y 1960. [...] Por nuestra parte, creemos que en lugar de que los mercados extra-capitalistas han jugado un papel importante en la acumulación, sobre todo en la década de 1950, que luego disminuyó gradualmente hasta finales de 1960” Revista Internacional nº141, el CCI : Sobreproducción crónica, una barrera a la acumulación inevitable del capitalismo.
[14] Rosa Luxemburgo : Introducción a la Economía Política, Smolny : 383.
[15] La acumulación…, a partir del § 31.
[16] « ...debe ser considerado el efecto a la enorme cantidad de capital ya acumulado en los viejos países capitalistas, que luchan por vender sus excedentes y capitalizar su plusvalía, y también la velocidad con la que los países pre-capitalista se transforman en países capitalistas » La acumulación…, a partir del § 31.
[17] Marc Chirik : Algunas notas sobre la cuestión de la Europa del Este.
[18] Revista Internacional nº133 del CCI. Este cambio sustancial de análisis ni siquiera se informó allectoraunque esté en contradicción con la posición de los propios textos de Rosa Luxemburgo, de la CCI y las de sus predecesores de la Izquierda Comunista de Francia (GCF).
[19] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, una barrera infranqueable para la acumulación capitalista.
[20] “...los mercados representados por los sectores extra-capitalistas de los países industrializados están totalmente agotados por la capitalización de la agricultura y la destrucción casi completa del artesanado [...] los mercados extra-capitalistas están saturados a nivel mundial ... las economías del Tercer Mundo no constituyen un mercado rentable en tanto que completamente arruinado”. Marc Chirik, nº23 Revista Internacional de la CCI.
[21] “Ellas son la manifestación brutal de la saturación los mercados mundiales derivada de la absorción o destrucción por el capitalismo, casi terminada a principios de este siglo de las áreas extra-capitalistas que habían constituido su medio de cultivo desde su aparición” Revista Internacional nº35 de la CCI : Resolución sobre la situación internacional del 5º Congreso de la CCI.
[22] Véase el artículo sobre La teoría de la crisis : Marx - Luxemburgo (Parte I) en el nº2 Controversias
[23] Al igual que la de P. Bairoch citado en el artículo La teoría de la crisis : Marx - Luxemburgo (Parte I) en el nº2 Controversias
[24] Fuente : Angus Maddison, http://www.ggdc.net/maddison/.
[25] Fuente : Angus Maddison, http://www.ggdc.net/maddison/.
[26] Revista Internacional nº141, del CCI : La sobreproducción crónica, una barrera infranqueable para la acumulación capitalista.
[27] Las fuentes y los cálculos en el artículo sobre la Teoría de la crisis : Marx - Luxemburgo publicado en el nº2 Controversias
[28] Principios para una crítica de la economía política, La Pléiade, Volumen II : 295.
[29] Para un análisis más detallado, el lector puede consultar el artículo sobre La teoría de la crisis y la ética del debate que apareció en el nº4 Controverses.
[30] Fuente : Angus Maddison, http://www.ggdc.net/maddison/.
[31] Cuba, Vietnam, Camboya, Laos, Corea del Norte, Yemen del Sur, Siria, Irak, Afganistán, Egipto, Argelia, Libia, Somalia, Malí, Guinea, Etiopía, Mozambique, Angola, Congo, Nicaragua.
[32] Un crecimiento de dos a tres veces mayor con los mercados extra-capitalistas ‘externos’, dividido por tres implica una relación de uno a seis como mínimo y de uno a nueve como máximo.
[33] Revista Internacional de la CCI nº133 : Las causas de la prosperidad después de la Segunda Guerra Mundial.
[34] Revista Internacional de la CCI nº133 : Las causas de la prosperidad después de la Segunda Guerra Mundial.
[35] Engels : nota en la introducción de la primera edición alemana de Miseria de la filosofía de Marx.
[36] Rosa Luxemburgo : Introducción a la Economía Política, Smolny : 384-385.
[37] En el segundo punto titulado ‘El período de decadencia del capitalismo’ de la Resolución sobre la táctica del IV Congreso de la Comintern en su la página 155 de la reedición por Maspero (1975) Manifiestos, tesis y resoluciones de los primeros cuatro Congresos Mundiales de la Internacional Comunista 1919-1923.
[38] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, un obstáculo esencial para la acumulación de capital.
[39] Revista Internacional de la CCI nº133 : Las causas de la prosperidad después de la Segunda Guerra Mundial.
[40] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, un obstáculo esencial para la acumulación de capital.
[41] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, un obstáculo esencial para la acumulación de capital.
[42] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, un obstáculo esencial para la acumulación de capital.
[43] Revista Internacional nº141, del CCI : Sobreproducción crónica, un obstáculo esencial para la acumulación de capital.
[44] Fuente : Angus Maddison, http://www.ggdc.net/maddison/.
[45] Fuente : Angus Maddison, http://www.ggdc.net/maddison/.
[46] Ainsi, Fritz Sternberg publiera en 1948 une contribution au titre évocateur – The coming crisis – qui contient un condensé de toutes les erreurs de perspectives que l’analyse luxemburgiste de l’accumulation peut engendrer.
[47] “Es sobre esta imposibilidad de reconstrucción y estabilización del capitalismo, y la incapacidad de la burguesía para gestionar por más tiempo la sociedad…” Internacionalismo n°1, Tesis sobre la situación internacional.
[48] “Hoy, aparte de lejanas tierras inservibles, aparte de los ridículos restos del mundo no capitalista, insuficientes para absorber la producción mundial, él es el amo del mundo, ya no se encuentran anta él los países extra-capitalistas que podrían proporcionar para su sistema nuevos mercados, así pues su apogeo es también el punto donde comienza su decadencia” Internacionalismo n°1, Tesis sobre la situación internacional.
[49] “En las condiciones actuales del capital, la guerra generalizada es inevitable” (Internacionalismo n°46, mayo de 1952 : La evolución del capitalismo y la nueva perspectiva). “La situación económica del capitalismo en realidad será más desesperada que antes del estallido de la guerra. [...] La única solución posible sería la continuación de la guerra imperialista en otros sectores. [...] …la guerra aparece como la única vía posible para el capitalismo en descomposición” (Internacionalismo n°1, Tesis sobre la situación internacional).
[50] Internacionalismo n°1, Tesis sobre la situación internacional.
[51] Internacionalismo n°46, mayo de 1952.
[52] “En la primavera de 2005, el CCI inició un debate interno sobre el análisis económico del período de fuerte crecimiento que ha seguido a la Segunda Guerra Mundial (también llamado de los ‘Treinta Años Gloriosos’) y que sería una excepción en la decadencia del capitalismo en términos de rendimiento económico ya que presenta las tasas de crecimiento más altas de la historia del capitalismo”, Revista Internacional nº133, del CCI : Las causas de la prosperidad resultante de La Segunda Guerra Mundial.