Foro para la Izquierda Comunista Internacionalista
Los numerosos errores de perspectiva en el seno del movimiento obrero sobre la evolución de la crisis y de la lucha de clases están unidos a las visiones catastrofistas sobre la dinámica y las contradicciones del capitalismo. Marx no solamente defendió nunca esa concepción, sino que la suya era totalmente diferente. Este es el sujeto tratado en el artículo.
Una de las fuentes de estos errores recurrentes reside en la idea de que Marx hubiera defendido una teoría del inevitable hundimiento económico del capitalismo : « Correctamente comprendido, el esquema marxiano de la acumulación es por su misma insolubilidad el exacto pronóstico del hundimiento económico inevitable del capitalismo…» [1]. Rosa Luxemburgo atribuye la paternidad de esta idea a Marx, y la reitera a lo largo de las páginas en su obra sobre La acumulación del Capital [2]. Sin esta base material, sostenía Rosa Luxemburgo, « el socialismo pierde el fundamento granítico de la necesidad histórica objetiva…», y los revolucionarios no pueden entonces mas que « hundirse en las brumas de los sistemas y de las escuelas pre-marxistas que pretendían deducir el socialismo de la injusticia y de la negrura del mundo actual, así como de la voluntad revolucionaria de las clases trabajadoras » [3]. Toma así el mismo derrotero que mas tarde emprenderá Henryk Grossman, a saber, la necesidad de fundar el socialismo sobre una « demostración económica del derrumbamiento del capitalismo » [4].
En realidad, Marx jamás ha desarrollado una idea de este tipo ; defiende una visión del proceso revolucionario que es totalmente diferente : « Las contradicciones capitalistas provocarán explosiones, cataclismos y crisis en el curso de las cuales las interrupciones momentáneas del trabajo y la destrucción de una gran parte de los capitales llevarán de nuevo al capitalismo, por la violencia, a un nivel desde el cual podrá reemprender su curso. Las contradicciones crean explosiones, crisis en el curso de las cuales todo trabajo se detiene temporalmente mientras que una importante parte del capital se destruye, volviendo de nuevo el capital, por la fuerza, a un punto en donde, sin suicidarse, puede volver a emplear nuevamente de forma plena su capacidad productiva. Sin embargo estas catástrofes que le regeneran regularmente se repiten a una escala siempre mas vasta, y acabarán por provocar su violento derribo » [5].
En la descripción de esta espiral de « contradicciones » creadoras de « explosiones, de crisis, de cataclismos, de interrupciones del trabajo y destrucción de capitales », Marx subraya que el capitalismo atraviesa estas últimas « sin suicidarse » y que ‘estas catástrofes le regeneran y le devuelven a un nivel desde donde podrá retomar su curso’. En efecto, para Marx, la necesidad de transformar la sociedad de punta a cabo nace en el seno de estos cataclismos repetitivos en el cuadro de un modo de producción obsolescente : el creciente desarrollo de las contradicciones del capitalismo bastan para fecundar la necesidad de la revolución. En ningún lugar de su obra incluye Marx un razonamiento que postule una « imposibilidad económica del capitalismo » como le atribuye Rosa Luxemburgo.
En efecto, no existen límites cuantitativos predefinidos en el seno de las fuerzas productivas que determinen un punto alpha que precipite este modo de producción a su muerte (ya sea un porcentaje de tasa de beneficio, una determinada cantidad de mercados solventes o extra-capitalistas, etc.). Los límites de los modos de producción son ante todo socio-económicos, producidos por sus contradicciones internas, y por la colisión entre esas relaciones ya obsoletas y las fuerzas productivas. Por ello, es el proletariado quien abolirá el capitalismo apoyándose en las manifestaciones de sus contradicciones objetivas, y no este último el que morirá por si sólo como consecuencia de un « hundimiento », una « imposibilidad económica objetiva del capitalismo ». Este es el método planteado por Marx : « La producción capitalista tiende sin cesar a sobrepasar los límites que le son inmanentes, pero no lo consigue más que empleando medios que, de nuevo y a una escala más imponente, construyen ante ella las mismas barreras » [6].
Sin embargo está claro que si el capitalismo no se hundirá por si mismo, no se escapará tampoco de sus antagonismos destructores. Fin catastrófico del sistema y catástrofe son dos cosas distintas. Si la primera concepción defendida por Rosa Luxemburgo postula la existencia de una « imposibilidad económica del capitalismo » que lleva al « hundimiento económico inevitable del capitalismo…» la concepción defendida por Marx contempla la posibilidad de « catástrofes » y de « cataclismos », pero que lo « regeneran » para devolver a « un nivel desde el cual podrá reemprender su curso ». Para Marx no son mas que las « repeticiones a escala siempre más vasta » de esta espiral, que empujarán al proletariado a la revuelta, abriendo la posibilidad de un « derribo violento del capitalismo ». En efecto, si se debe descartar toda visión catastrofista, es preciso sin embargo reafirmar que el sistema capitalista ya ha conocido y conocerá crisis, guerras y catástrofes de creciente amplitud.
En los millares de páginas de la obra de Marx y Engels se pueden encontrar como mucho en dos o tres ocasiones el término « derrumbamiento », usado en el sentido de una « caída del sistema capitalista », pero nunca en la acepción que le ha dado Rosa Luxemburgo, es decir, una « imposibilidad económica del capitalismo », basándose en la « necesidad histórica objetiva del derrumbamiento del capitalismo », y que se deduce « de un agotamiento de la esfera extracapitalista ».
Si en realidad esa es la concepción de Marx, ¿por qué no se encuentra mas que de forma muy discreta en dos ó tres ocasiones en los miles de páginas de su obra? Al menos, hubiera sido preciso encontrarla de forma muy evidente en el seno de sus principales obras, en las cuales no se encuentra la idea de hundimiento del capitalismo (en Marx) más que en una sola ocasión en el borrador del Capital [7] y en la Neue Rheinische Zeitug Revue [8]…¡pero nunca en su obra maestra : El Capital [9]! Por lo que a Engels se refiere, hemos encontrado una sola mención que evoca este término [10]. ¡Toda una magra cosecha para lo que se califica como « el fundamento de granito de la necesidad histórica objetiva…»!
Se encuentra abundantemente en Marx, por el contrario, la idea opuesta, es decir, la de un capitalismo que no está condenado al suicidio sino que renace sin cesar de sus cenizas, colocando la línea de sus objetivos cada vez más alta, a la medida de sus crecientes contradicciones, como aquí hemos recordado más arriba. Se encuentra incluso en Marx así mismo la idea de que un modo de producción no se hunde, sino que sobrevive a sus contradicciones en tanto no sea derrocado por una nueva clase revolucionaria, aunque esa supervivencia deba hacerse en formas cada vez más bárbaras. En otras palabras, es de todo punto abusivo que Rosa Luxemburgo y yodos sus seguidores atribuyan sus propias concepciones a Marx.
Las concepciones catastrofistas tienen la particularidad de no ver en el capitalismo más que una suma de contradicciones irreconciliables que le conducirían ineluctablemente al hundimiento. Rosa Luxemburgo hablaba incluso de « fatalidad » : « las contradicciones inmanentes del capitalismo, que…suponen fatalmente el hundimiento económico del capitalismo ». Estas concepciones proceden de un materialismo mecanicista y de un finalismo teleológico que se sitúan en las antípodas del método marxista, porque, lejos de limitarse al estudio de las contradicciones y de los obstáculos al desarrollo de la producción capitalista, Marx, por el contrario, estudia los mecanismos de su expansión y de sus modos de regulación.
En efecto, leyendo una determinada literatura crítica, uno se pregunta realmente como es que el capitalismo no está muerto desde hace mucho. Totalmente opuesto a estas visiones mecanicistas, El Capital nos permite comprender fácilmente como ha sobrevivido el sistema y prosperado a lo largo de tres siglos de existencia : « A medida que la acumulación disminuye, desaparece también la causa de su disminución, es decir, la desproporción entre capital y fuerza de trabajo explotable. El mecanismo del proceso de producción capitalista elimina por si mismo los obstáculos que se crea de forma espontánea » [11]. ¡El propio mecanismo de la producción capitalista elimina de forma espontánea los obstáculos que se ha creado! Sorprendente a primera vista, esta reflexión de Marx es fundamental : indica claramente que el materialismo histórico no se reduce a una colección de contradicciones irreconciliables, sino que concibe por el contrario la existencia de mecanismos dinámicos y autorreguladores : « las crisis no son nunca más que soluciones momentáneas y violentas que restablecen por un tiempo el equilibrio alterado. […] El estancamiento de la producción prepararía –en los límites capitalistas- una consiguiente expansión de la producción. Así, el ciclo sería recorrido una vez más. Una parte del capital depreciado por el estancamiento recuperaría su antiguo valor. Y continuando así, el mismo círculo vicioso sería nuevamente recorrido, en condiciones de producción amplificadas, con un mercado ampliado, y con un acrecentado potencial productivo » [12].
A semejanza de un movimiento elíptico mantenido por el equilibro de fuerzas contrarias, algunos mecanismos centrífugos del capitalismo le llevan a « cataclismos », pero otro movimiento centrípeto « lo regenera regularmente » y « violentamente, transporta al capitalismo a un nivel desde donde podrá recobrar su carrera ». Esta es la concepción que Marx desarrolla a lo largo de toda su obra : « A la manera de un cuerpo celeste, una vez impulsado a un determinado movimiento repite este mismo movimiento, la producción social, de forma constante ; una vez lanzado a este movimiento alternativo de expansión y contracción, lo repite de forma constante. Los efectos a su vez se convierten en causas, y las alternancias en el conjunto del proceso, que reproduce de forma constante sus propias condiciones, toman formas de periodicidad » [13].
Consecuente con su análisis de un capitalismo movido por repetidos ciclos de contracciones y expansiones, en el seno de un movimiento de espirales crecientes, Marx aha establecido claramente que « las crisis permanentes no existen » [14]. También hará Paul Mattick la crítica de esta idea de « crisis permanente » defendida por Henryk Grossman, en un artículo titulado « ”La crisis permanente” como interpreta Henryk Grossman la teoría de la acumulación capitalista de Marx » [15]. El denominador común a todas las visiones catastrofistas del capitalismo consiste justamente en la defensa de la idea de « crisis permanente », tan cara a Grossman, en más de una variante :
a) Rosa Luxemburgo : « para Rosa Luxemburgo es la totalidad de la plusvalía capitalizable la que no puede realizarse en el capitalismo puro […] si en una economía puramente capitalista, la totalidad de la plusvalía destinada a la acumulación fuera irrealizable, se daría una crisis no ya periódica, sino permanente – y no está claro como el capitalismo hubiera podido sobrevivir antes de la era de la gran expansión imperialista » [16].
b) La Gauche Communiste de France : « Estos dos caminos [a la guerra y a la revolución] tienen su origen en una misma situación histórica de crisis permanente del régimen capitalista…[…] La ausencia de nuevas salidas y de nuevos mercados en los que poder realizar la plusvalía incluida en los productos en el curso del proceso de producción, abre la crisis permanente del sistema capitalista. La reducción del mercado exterior tiene como consecuencia una restricción del mercado interior. La crisis económica se va amplificando […] Tomada en este sentido histórico la guerra en la época imperialista presenta la más alta expresión al mismo tiempo que la mas adecuada del capitalismo decadente, de su crisis permanente y de su modo de vida económico : la destrucción » [17].
c) La CCI : « Con ocasión del periodo de reconstrucción y la entrada del sistema capitalista en una nueva fase de la crisis permanente histórica del sistema segundo Congreso hemos podido constatar la confirmación de lo que era ya nuestro análisis antes incluso de la constitución oficial de la CCI, a saber, el fin del período de reconstrucción y la entrada del sistema capitalista en una nueva fase de la crisis permanente histórica del sistema » [18] ; « La sobreproducción crónica , una dificultad insalvable para la acumulación capitalista » [19] ; « La decadencia del capitalismo viene marcada por la plenitud de las contradicciones inherentes a su naturaleza, por una crisis permanente » [20].
Estas son algunas visiones teóricas que se inscriben en la línea de Henryk Grossman y que se sitúan muy lejos de la de Marx, para quien « no existen las crisis permanentes ».
Desgraciadamente, las concepciones catastrofistas han hecho ya muchos estragos entre los grupos revolucionarios. Han desarmado a un buen número de organizaciones y de militantes que fundaban sus convicciones sobre la base de un próximo fin del capitalismo, fin siempre anunciado para el día siguiente y no sobre la base de una comprensión materialista, histórica y dialéctica de la historia y de sus cambios sociales. En efecto, cualquiera que sea la gravedad de las crisis que el capitalismo ha conocido en el pasado, y que conocerá en el futuro, sus convulsiones económicas no justifican en absoluto el “fin del mundo” económico, previsiones que por otra parte son sistemáticamente reveladas como vanas :
– 1) En el 3º Congreso de la Internacional Comunista, el KAPD defiende la teoría de la ofensiva a cualquier precio apoyándose en la visión luxemburguista, según la cual el proletariado tiene ante sí « la imposibilidad económica objetiva del capitalismo » y se enfrenta « al inevitable hundimiento económico del capitalismo…».
-2) Apoyándose en una visión idéntica, el KAPN funda una Internacional comunista-obrera (KAI) en 1922, en pleno período de reflujo de las luchas [21].
– 3) Tras la gran crisis económica de 1929, numerosos grupos políticos opositores a la Tercera Internacional fracasaron en su predicción del fin del capitalismo sobre una base teórica análoga.
– 4) En 1938 le toca el turno de perderse a Trotski creando, el también, una Cuarta Internacional en pleno período de reflujo de los combates de clase, basándose en otro postulado catastrofista según el cual « Las fuerzas productivas han cesado de crecer… » [22].
– 5) En 1952 es el turno de la Gauche Communiste de France de desaparecer, para salvar a sus militantes de una tercera guerra mundial que este grupo prevé inminente, al defender la idea de que el capitalismo está en una crisis económica permanente y ha agotado todas sus posibilidades.
– 6) Con su filiación política, no es extraño que la CCI prediga regularmente el « hundimiento » del capitalismo [23] y la inminencia de una revolución [24], revolución que la CCI percibe tras cada movilización social importante como Mayo de 1968 [25] o en España de 1975 a 1976 [26]. ¡Era lo mismo que sus predecesores en Venezuela anunciaban ya de manera « segura…una lucha sangrienta y directa para la destrucción del Estado burgués » [27]! Así, sin inconvenientes, esta organización titula su prensa con el slogan « ¡Viva la crisis! », defendiendo la idea de un « camino hacia la revolución », sosteniendo que los « años 80 serían los años de la verdad », años cuyo final verían la decisión de la alternativa entre la guerra y la revolución [28]. ¡Se comprueba aquí la ‘justeza’ de los análisis de esta organización, que se complace en alabar el ‘rigor’ y el ‘realismo’ en cada uno de sus congresos!
– 7) Múltiples escisiones emergieron del ‘PCI - Programme Communiste’ como consecuencia de la falla entre las expectativas subjetivas que se deducían de su previsión de crisis sistémica del capitalismo en 1975 y la realidad objetiva, que fue más prosaica.
La principal responsabilidad de los revolucionarios es la de volver a examinar sus análisis y previsiones constantemente, a fin de orientar correctamente sus actividades e intervenciones en la clase evitando recaer en los mismos surcos y concepciones catastrofistas del pasado. Es uno de los objetivos esenciales de Controversias, y pensamos que debiera ser el objetivo de los grupos y elementos en el seno de la Izquierda Comunista. En efecto, los errores se transforman en enseñanzas valiosas si « Un movimiento revolucionario […] debe cada día, por así decir, plantear en la plaza pública sus tesis para demostrar su justeza. Solo un partido conservador puede hacer lo contrario, y mantener celosamente su patrimonio de principios, en el sentido de respetarlos y al mismo tiempo considerarse exentos de discutirlos con quienquiera que sea […] Y discutir significa poder cuestionar aquello que pudiera estar mal planteado y mal realizado, independientemente de toda prerrogativa de grupos, de hombres y de partidos. ¿Se trata de repetir la antigua apología de la libertad de pensar y de criticar como derecho del individuo? Ciertamente, no. Se trata de establecer el modo fisiológico de funcionamiento y de trabajo de un partido revolucionario que debe conquistar, y no conservar los logros del pasado, que debe invadir los territorios del adversario y no encerrar los suyos tras trincheras o tras cordones sanitarios » [29].
Defender que el capitalismo esta en permanente crisis y anunciar de forma constante que está a dos pasos del hundimiento, que la revolución está al otro lado de la puerta, que la organización debe estar de guardia permanente para asumir los combates decisivos, tal es el credo del catastrofismo. Desgraciadamente, generaciones enteras de militantes se han consumido en él, y un buen número de ellos han renunciado al marxismo, ó renegado el. Tal es la triste realidad del catastrofismo. Esta teoría no funda la perspectiva de comunismo, la actividad revolucionaria y la convicción militante sobre un análisis materialista, histórico y dialéctico de las contradicciones de clase, sino sobre un inmediatismo mecanicista y teleológico, en el cual la justificación teórica tiene por única función legitimar la urgencia del sacrificio militante para las necesidades de la organización.
Contra todas estas visiones catastrofistas, el auténtico hundimiento del capitalismo será político y social, sobre un escenario de empobrecimiento brutal y de incapacidad de la burguesía para ofrecer una salida creíble a su sistema. Si el proletariado no pone fin al reinado del capitalismo, este jamás se hundirá por si sólo. Nunca hay « situación sin salida » para el capitalismo, decía Lenin ; siempre encontrará la forma de sobrevivir a sus propias contradicciones, con las manos libres para hundirse en forma de regresiones cada vez más bárbaras. Catastrofismo y catástrofes son dos conceptos muy diferentes. Es necesario arrumbar las creencias en la existencia de un « límite de imposibilidad económica del capitalismo » y del « hundimiento económico del capitalismo », como pensaba Rosa Luxemburgo. Por el contrario, es absolutamente cierto que la supervivencia de un capitalismo obsolescente tiene como resultado inevitable engendrar crecientes catástrofes económicas y sociales. Son estas las que constituyen un potencial terreno para el desarrollo de la conciencia en el seno de la clase obrera sobre la necesidad de una puesta en cuestión del capitalismo como sistema.
C.Mcl
[1] Rosa Luxemburgo, Anticrítica.
[2] a) « Marx predijo el hundimiento del capitalismo debido a sus contradicciones inmanentes ».
b) « …Marx insiste sobre las contradicciones inmanentes del capitalismo, que provocan crisis cada vez más violentas, y que fatalmente entrañan el hundimiento económico del capitalismo ».
c) « El capital no sólo ‘gotea sangre y barro por cada uno de sus poros’ en su nacimiento, sino durante toda su marcha por el mundo ; de esa manera prepara, en convulsiones siempre mas violentas, su propio hundimiento ».
d) « Sin embargo, dado un cierto grado de desarrollo, las condiciones para la acumulación se transforman en condiciones de hundimiento del capital ».
e) « Mediante este proceso [de retroceso de los mercados extra-capitalistas] el capital prepara por partida doble su hundimiento ».
f) « …la acumulación se hace imposible, la realización y capitalización del plusvalor se convierten en problemas insolubles. Desde el momento en que el esquema marciano de la reproducción ampliada corresponde a la realidad, señala la parada, los limites históricos del proceso de acumulación, y por tanto del fin de la producción capitalista. La imposibilidad de la acumulación significa, desde el punto de vista capitalista la imposibilidad del ulterior desarrollo de las fuerzas de producción, y por tanto de la necesidad objetiva del hundimiento del capitalismo ».
[3] « Para Marx, la rebelión de los obreros, la lucha de clases – y esta es la que les asegura su fuerza victoriosa – son los reflejos ideológicos de la necesidad histórica objetiva del socialismo, resultante de la imposibilidad económica objetiva del capitalismo en un cierto estadio de su desarrollo. […] estos conflictos sociales ó políticos no son en último término más que el resultado de la imposibilidad económica del capitalismo, y se intensifican en la medida en que esta imposibilidad se hace sensible. Supongamos por el contrario con los « expertos » la posibilidad de un crecimiento ilimitado de la acumulación : el socialismo pierde entonces el fundamento granítico de la necesidad histórica objetiva,… » Rosa Luxemburgo, Anticrítica.
[4] « Veamos : el derrumbamiento del capitalismo ha sido ya negado, ya fundado de manera voluntarista, con la ayuda de momentos políticos, extra-económicos. Nunca se ha dado la demostración económica de la necesidad del derrumbe del capitalismo » H. Grossman, La ley de la acumulación y del hundimiento del sistema capitalista.
[5] Grundrisse, Editions 10/18, Tomo IV : 17-18. El lector encontrará más precisiones con relación a esta « escala cada vez más vasta » en nuestro artículo « Comprender la crisis económica », en el número 1º de Controversias : http://www.leftcommunism.org/spip.php?article143&lang=es.
[6] Editions Sociales, Libro III, tomo VI : 263.
[7] « Esta demanda creada por la misma producción incita a descuidar la justa proporción de los que es preciso producir con relación a los obreros : tiende a superar ampliamente su demanda, mientras que, por otra parte, la demanda de las clases no proletarias desaparece ó se reduce intensamente ; así es como se prepara el hundimiento » Marx, Grundisse, capítulo Capital. Proceso de circulación del capital. Editions Sociales, tomo I : 360
[8] « La burguesía celebra su gran festival en un momento en el cual el hundimiento de su orden social en pleno esplendor es inminente, un hundimiento que demostrará más claramente que nunca cómo las fuerzas que ha creado han escapado a su control. En una futura exposición, tal vez la burguesía no aparezca ya como los propietarios de estas fuerzas productivas, sino solamente como su cicerone » Neue Rheinische Zeitung Revue, Mayo Octubre 1850, traducido por el autor.
[9] Existe un párrafo que utiliza el término « hundimiento » en el libro III del Capital, pero hace referencia a una caída, no del capitalismo sino de la producción, caída que es compensada por tendencias contrarias. No hay pues nada en esta cita que respalde las concepciones que R. Luxemburgo atribuye a Marx : « Este proceso no tardará en suponer el hundimiento de la producción capitalista, si no actúan continuamente las tendencias contrarias para producir un efecto descentralizador de forma paralela a la fuerza centrípeta » Marx, La Pleiade II, Libro III :1028
[10] « Pero tras este tiempo, la gran industria ha llevado las contradicciones que duermen en el modo de producción capitalista a un estado de antagonismos tan agudos que se puede por asi decir tocar con la punta de los dedos el próximo hundimiento de este modo de producción… » Engels, Anti-Dhuring.
[11] Marx, El Capital, Libro I, 4ª edición alemana, Editions Sociales 1983 : 694.
[12] La Pléiade II, Libro III :1031-1037.
[13] Marx, El Capital, Libro I, 4ª edición alemana, Editions Sociales 1983 : 710.
[14] Teorías sobre la plusvalía, Éditions Sociales II : 592.
[15] Internacional Council Correspondence nº 2 (volume 1), Noviembre de 1934.
[16] Introducción de Irene Petit a La acumulación de capital de Rosa Luxemburgo.
[17] Rapport sur la situation internationale, conferencia de la Gauche Communiste de France en julio de 1945.
[18] Revue Internationale nº 18 (1979), 3ª Congreso de la CCI.
[19] Título de un artículo en la Revue Internationale nº 141 (2010).
[20] Revue Internationale nº 15 (1978), p.1.
[21] El KAPN defiende sobre todo las posiciones de Herman Gorter y nace de la tendencia de Essen del KAPD.
[22] « La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado desde hace mucho tiempo al punto más elevado que esperarse pueda bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han dejado de crecer. Los nuevos inventos y los nuevos progresos técnicos ya no llevan a un crecimiento de la riqueza material », extracto del Programa de Transición que se adoptó en 1938 como Manifiesto del marxismo revolucionario en la época imperialista de guerras y revoluciones por el congreso de fundación de la IV Internacional trotskista.
[23] « En los inicios de los años 80, el capitalismo mundial se encuentra en un impasse económico total » Revue Internationale nº 26 (1981), textos del 4º Congreso de la CCI., Resolución sobre la crisis. Treinta años después puede comprobarse lo vano de estas sentencias constantemente repetidas.
[24] « La entrada del capitalismo a lo largo de los años 60 en una fase de crisis económica aguda significa la inminencia de la perspectiva definida por la I.C. : ‘guerra imperialista y revolución proletaria’ como respuesta específica de cada una de las dos principales clases de la sociedad a esa crisis » Revue Internationale nº 18 (1979) p.19, textos del 3º Congreso de la CCI : El curso histórico.
[25] « El período que se desenvuelve a partir de mayo de 1968 debiera contemplar a corto plazo la aparición de violentas huelgas de masas que colocarían en tela de juicio los fundamentos mismos del capital » Revolution Internationale, antigua serie, nº 7 (1972) editorial, pág. 4.
[26] « [El proletariado español] constituye el destacamento avanzado del inmenso ejército proletario, que tanto en el Este como en el Oeste, ha levantado cabeza…El proletariado resurge ante un terreno que le permite orientar los sucesos hacia su tarea revolucionaria. Este terreno es su independencia de clase ; la tarea es la toma del poder político ». Revue Internationale nº 6 (1976) Brèves leçons espagnoles, p.35
[27] « Internacionalismo », Enero de 1968, citado en el artículo « Diez años de la CCI », Revue Internationale nº 40.
[28] « En el decenio que comienza, es pues esta alternativa histórica la que se decidirá : o bien el proletariado prosigue su ofensiva, y continua paralizando el brazo acorralado y mortífero del capitalismo, reuniendo sus fuerzas para su derribo, o bien se deja hundir, fatigar y desmoralizar por su discurso y su represión, abriendo así la vía a un nuevo holocausto con el peligro de aniquilación de la sociedad humana » Revue Internationale nº 20, 1980.
[29] Bordiga, « Rusia y revolución en la teoría marxista », en el capítulo titulado « El peligro del oportunismo y la Internacional ».