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Tiempo de Controversias

 

Nuestro proyecto

 

“Supongo que los lectores querrán aprender cosas nuevas y, por consiguiente, pensar también por sí mismos [...] Cualquier juicio inspirado por una crítica verdaderamente científica es para mí bienvenida” (Marx, Prefacio a El Capital, 1867).

 

Abrirse a lo nuevo, pensar por sí mismo, acercarse a la crítica, era la invitación que Marx hacía en la introducción a su obra más importante, El Capital [1]. En el mismo sentido abundaba Rosa Luxemburg cuando escribía que “El marxismo es una visión revolucionaria del mundo, que debe incitar a luchar incesantemente para adquirir los conocimientos nuevos, que no aborrece nada tanto como las formas ya fijadas y definitivas y que prueba su fuerza viva en el chischás de las armas de la autocrítica y bajo los relámpagos de la historia” [2]. Igualmente, Lenin pedía que “no se considerara la teoría de Marx como algo acabado e intangible... al contrario, [esta teoría] ha puesto simplemente la piedra angular de la ciencia que los socialistas deben hacer avanzar en todas las direcciones si no quieren dejarse aventajar por la vida” [3].

Si nuestra mirada crítica sobre la realidad se nutre del materialismo histórico, si nuestros análisis políticos se inspiran en las aportaciones de la Izquierda Comunista [4], y si nos esforzamos en profundizar las bases teóricas, hemos de tener la permanente preocupación de someter cualquiera de nuestras conclusiones al “chischás de las armas de la autocrítica y bajo los relámpagos de la historia”, y hacer de ello, por tanto, objeto de controversia. Dicho de otro modo, elaborar un marxismo vivo y no un dogma acabado e intangible.

Sobre esta base crítica, Controversias va a promover todas las iniciativas que sirvan para clarificar los fines y los medios de la lucha emancipadora de la humanidad para salir de los milenios de dominación del hombre por el hombre, y contribuir al reagrupamiento de todos los que se reconocen en este objetivo. Estos son el espíritu y los fundamentos de nuestro proyecto.

Por esto, Controversias es un lugar de debate, un Foro, en el sentido de un espacio abierto a todos los que se inscriben en esta perspectiva. La participación en nuestro proyecto se fundamenta en la motivación de cada uno a confrontar sus idas y llevar a cabo las actividades colectivamente definidas y realizadas por aquellos que las desarrollan. Por el momento, consisten en :

 a) discusiones en común ;
 b) edición de la revista Controversias ;
 c) el mantenimiento, con el mismo nombre, de una página Web internacional ;
 d) la elaboración de diversos proyectos editoriales ya sea en forma de libro o de folleto ;
 e) mantener controversias públicas e intervenciones en el seno de las luchas sociales ;
 f) cualquier otra actividad decidida en común.

 

Nuestras aseveraciones políticas


Este proyecto es el resultado de un balance que se apoya en las cinco principales aseveraciones políticas siguientes :

1) La clase obrera ha sufrido una derrota histórica muy profunda como resultado del fracaso de los intentos revolucionarios que sacudieron el planeta entre 1917 y 1923 [5]. Esta derrota se ha hecho sentir en todos los planos (represión, degeneración de los partidos políticos, etc.), y sobre todo en el ámbito teórico por un travestimiento de las mismas bases del marxismo. El estalinismo se ha presentado como su quintaesencia y la URSS como su realización. Hasta los años 1960, y en condiciones extremadamente difíciles, sólo algunas minorías salvaguardaron la llama y el honor del comunismo: (a) luchando contra sus desfiguraciones estalinistas, (b) sacando las lecciones políticas de los fracasos del movimiento, (c) transmitiendo preciosas profundizaciones [6], y echando un puente para asegurar la continuidad con las futuras generaciones. Pensamos en las distintas corrientes de la Oposición Internacional de Izquierda animada por Trotsky, en los grupos que se reclaman de la Izquierda Comunista Internacional, así como en las múltiples resistencias a la contrarrevolución estalinista.

2) La obra de profundización permanente del materialismo histórico tal como existía en el último tercio del siglo XIX hasta 1923 ha tocado a su fin. Citaremos, a título de ejemplo : Darwinismo y marxismo (Pannekoek), La mujer y el socialismo (Bebel), El origen del cristianismo (Kautsky), El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado (Engels), etc. Estas profundizaciones fundamentales de las bases teóricas del marxismo en todas sus dimensiones han desaparecido casi del campo del marxismo revolucionario y en particular de la Izquierda Comunista. En efecto, las condiciones de su época (1923-1968) y sus flacas fuerzas no le han permitido ir más allá de un balance político del fracaso de esta primera ola revolucionaria. Era la prioridad del momento. Durante casi medio siglo, estos grupos y minorías no han tenido a penas la ocasión de profundizar en los fundamentos del marxismo integrando las evoluciones de la ciencia y de la sociedad. Claro que hay excepciones, pero se cuentan con los dedos de la mano de un manco [7].

3) Los actuales herederos de los grupos históricos de la Izquierda Comunista tuvieron el mérito de hacer sobrevivir esta corriente política, profundizar algunos de sus análisis, y desarrollar una intervención prolongando esta orientación. Sin embargo, es obligado constatar que en muchos planos importantes no acometieron sus tareas :

 a) A parte de algunas contribuciones del todo válidas y sobre las que volveremos, las aportaciones políticas de la corriente histórica de la Izquierda Comunista han sido más preservadas que fructificadas por sus actuales continuadores.
 b) Numerosas son las cuestiones políticas cuya clarificación no se ha proseguido y que todavía deben ser profundizadas.
 c) Igualmente son numerosas las cuestiones presentadas como avances teóricos importantes, mientras que la realidad se ha encargado de desmentirlas o de volverlas totalmente caducas.
 d) En fin, los actuales grupos que se reivindican de la Izquierda Comunista no han llegado a devolver al marxismo sus créditos de nobleza profundizándolos “en todos los ámbitos del conocimiento” (Bilan nº 1) Su aportación se reduce a casi cero.
 e) Peor aún, cuando algunos de estos grupos han intentado aventurarse en ello, ha sido o bien para reafirmar de manera dogmática enunciados caducados que datan de más de un siglo, o bien para volver a tomar teorías extrañas al marxismo.

Dicho de otra forma, si era absolutamente indispensable sacar las lecciones políticas de la derrota de la ola revolucionaria de principios del siglo XX, hoy más que nunca es necesario ir más allá a fin de profundizarlas y de combatir, sobre todo, el inmenso retraso de las bases teóricas del marxismo en todos los ámbitos del conocimiento desde hace casi un siglo. Esta tarea es ineluctable, al menos la que concierne a toda una serie de cuestiones claves si se quiere estar a la altura del actual dilema Socialismo o barbarie, revolución comunista o descenso a los infiernos a través de una sucesión de crisis y de conflictos cada vez más devastadores [8].

4) Después del fracaso de las Conferencias Internacionales de los grupos de la Izquierda Comunista (1977-1980), agravado por el retroceso de la lucha de clases después de 1989, el estado general de esta corriente política se caracteriza por una creciente separación entre las necesidades planteadas por la historia y lo insuficiente de sus respuestas políticas. Estas se limitan, por lo esencial, a repetir las lecciones de las experiencias pasadas. Pero ante los retos actuales, ante el retraso en el que se encuentra el marxismo y ante las interrogaciones de las nuevas generaciones, estas respuestas ya no bastan. Es urgente pues actualizar el proyecto revolucionario volviendo a tomar la tarea de profundización de las bases teóricas del marxismo dejadas en suspenso desde la segunda mitad del siglo XX.

5) En contraste con toda la historia del movimiento obrero, en 40 años, los herederos de la corriente histórica de la Izquierda Comunista no han llegado siquiera a hacer un balance común (ni tan sólo a enumerar y precisar los contornos de sus desacuerdos), ni a crear una dinámica de clarificación colectiva, y menos aún de reagrupamiento. Al contrario, una parte de este medio se caracteriza por crisis repetidas, escisiones e invectivas volviendo la espalda a una verdadera cultura del debate en el seno del medio revolucionario proletario.

 

Las prioridades del momento actual


El conjunto de estas aseveraciones nos obliga a ocuparnos con atención de los cuatro ejes siguientes que nos parecen prioritarios en la actual situación :

1) Desembarazar el marxismo de todas sus deformaciones (en especial las secuelas del estalinismo) tanto en el plano político como en el organizativo. Por ejemplo, ver cómo sobre este último aspecto se expresaba un eminente representante de la Izquierda Comunista y fundador de la Corriente Comunista Internacional, en el Boletín interior de la Liga de la Oposición Internacional de Izquierda, del 10 de abril de 1932 (Marc Chirik) : “La importancia de la discusión política, las profundas divergencias y las corrientes implicadas no puede ya escapar a nadie. [...] Hará falta pues que esta discusión sea provechosa como conviene, para todos los camaradas y para el porvenir de la organización, por los problemas discutidos, por la claridad de las respuestas sobre puntos que hasta hoy han permanecido oscuros... Para que así sea, es preciso que toda la organización y en primer lugar la comisión ejecutiva observen escrupulosamente las reglas de democracia en la discusión, las más amplias, haciendo todos los esfuerzos a fin de no dejar enturbiar la marcha de esta última, impedir cualquier desviación que tienda a transformar la discusión política en una cuestión de disciplina, incluso si hay indisciplina caracterizada y hasta el último límite (la lucha contra la organización en el exterior), no tomar ninguna sanción contra sea quien sea. Con más razón, es preciso impedir que tome un giro envenenado de disputa entre personas, o que intente explicarlo todo por el carácter psicológico de tal o cual camarada. Todo esto sofoca, voluntariamente o no, la discusión y arroja un velo sobre las verdaderas divergencias aparecidas . Lecciones políticas de esta índole sobre el plano organizativo son preciosas para erradicar todas las visiones y prácticas heredadas del peso de la contrarrevolución.

2) Actualizar y desarrollar la visión marxista del mundo sobre el hombre y la sociedad, retomando la profundización del materialismo histórico y dialéctico, el análisis de la sucesión de los modos de producción, la cuestión de las relaciones hombres-mujeres, de la religión, de la naturaleza humana, de la moral y de la ética, de la antropogénesis, etc. Esto pasa por la asimilación crítica de las principales aportaciones de la ciencia a la teoría marxista, a imagen de lo que hizo el movimiento revolucionario del siglo XIX : “Marx nada tenía de un negador sombrío y altanero de la ciencia y de la cultura burguesa [...] Nunca hemos de temer las conclusiones a las que pueda llegar la investigación científica [...] la ciencia debe ser cultivada por sí misma y que ... [decía Marx] los que tengan la suerte de poder consagrarse a los estudios científicos deben ser los primeros en poner sus conocimientos al servicio de la humanidad” [9]. “Todo nuevo descubrimiento científico verdadero, puede y debe ser asimilado e integrado al marxismo, alargando de esta manera los campos de investigación de su método” [10].

3) Volver a mirar y profundizar los fundamentos sobre los que las minorías de la Izquierda Comunista han resistido durante los años de contrarrevolución. Pensamos en particular en la teoría de las crisis, en los fundamentos de la fase de obsolescencia del capitalismo, en las condiciones de la revolución, en los múltiples problemas vinculados al periodo de transición al socialismo, etc.

4) Responder a las nuevas cuestiones planteadas por el desarrollo del capitalismo, de sus ideologías, por el incremento de las luchas sociales, y por la emergencia de nuevos elementos politizados en todo el mundo. Pensamos en cuestiones como la ecología, el productivismo, las condiciones del periodo de transición al socialismo en todos sus componentes, etc.

 

“Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario” [11]


Sin este desarrollo de las bases teóricas y políticas del marxismo, las vanguardias que de él se reivindican no podrán estar a la altura de los desafíos que conciernen el futuro de la humanidad. Después de haber formulado su famosa frase “Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario”, Lenin insistía firmemente en la idea que Sólo un partido guiado por una teoría de vanguardia puede cumplir el papel de luchador de vanguardia (ibid). En efecto, teoría y práctica, o profundización política e intervención, son dos términos que se fecundan mutuamente. Reflexionar en la alcoba es igual de estéril que actuar a partir de bases erróneas. Pero ambos términos ni están en una relación cualquiera, ni mecánicamente unidos en un sentido u otro ; dependen del contexto y del periodo. Hoy, los retos históricos y las necesidades de intervención en las luchas sociales nos imponen urgentemente este retorno a los fundamentos del marxismo. Sin ello cualquier agitación será vana. No es por nada que justo después de su célebre fórmula Lenin subraye que : “No nos cansaremos de insistir sobre esta idea en una época en la que la admiración exagerada por las más estrechas formas de la acción práctica va a la par con la propaganda a la moda del oportunismo . Este es el mayor peligro que hoy acecha a los grupos de la Izquierda Comunista : A fuerza de insistir sobre las necesidades -del todo verdaderas- de intervención en la realidad social (“la admiración exagerada por las más estrechas formas de la acción práctica”), olvidan los fundamentos y las bases teóricas que fecundan esta intervención y caen en “la propaganda a la moda del oportunismo”. En realidad, hoy, son las necesidades de la intervención en las luchas sociales en un contexto de crisis económica y de permanentes conflictos militares las que imponen la urgencia de una profundización política “del marxismo en todos los ámbitos del conocimiento” (Bilan nº1).

Sin ello, los grupos de la Izquierda Comunista no podrán superar ni la heterogeneidad todavía inmensa de las lecciones políticas que han sacado respectivamente de la derrota de la ola revolucionaria entre 1917 y 1923, ni los surcos profundos que les separan, y menos aún los conflictos regulares que les desgarran. Estas cuatro prioridades constituyen una condición sine qua non para la superación de la crisis política que hace estragos en el seno y entre los grupos de la Izquierda comunista. Crisis a veces abierta a veces larvada y que se manifiesta a distintos niveles en unos y en otros. Pero, es obligado constatarlo, se trata de algo bien real y que deja en desventaja a los grupos actuales cuando se trata de asumir sus responsabilidades históricas.

 

Los obstáculos principales


En efecto, por desgracia hemos de constatar que numerosas trabas siembran el camino que lleva a la necesaria reactualización del proyecto revolucionario y vuelven su destino aún más incierto. Estas trabas son las que acechan a todas las vanguardias en el periodo de auge generalizado de las luchas sociales tal como se abrió desde 1968, y que exige la clarificación política y el reagrupamiento de las fuerzas militantes :

 1) la incapacidad de alzarse teóricamente y prácticamente a la altura de los retos históricos ;
 2) las dificultades de concebirse y actuar como un elemento entre otros en una dinámica de conjunto del medio político proletario.

La historia del partido bolchevique nos aclara en muchos aspectos sobre todo esto, aunque varias veces estuvo a punto de perder el tren de la historia :

 1) en un primer tiempo, los bolcheviques preconizaron la disolución de los Consejos Obreros surgidos en 1905 ya que los consideraban como en competencia con el partido (!) ;
 2) en 1914, la dirección en Rusia adoptó una posición defensiva sobre la cuestión de la guerra imperialista (!) ;
 3) hasta el voto de las Tesis de abril (1917), los bolcheviques defendieron la necesidad en Rusia de pasar obligatoriamente por la etapa nacional democrática antes de la de la revolución proletaria ;
 4) en octubre de 1917, casi toda la dirección del partido se oponía a la idea misma de la insurrección.

El partido bolchevique debe su facultad de enderezarse en el momento querido sobre todo a su apertura internacional y a los debates mantenidos con los otros grupos de la socialdemocracia [12], y, en particular, con la mayor parte de las escisiones salidas de su congreso de 1903, con las que no cesará de trabajar de cara a establecer colaboraciones así como las bases de una clarificación política y las de un reagrupamiento [13].

Dicho de otro modo, el replegarse sobre sí mismo y la osificación teórica resultante del encerrarse en el dogmatismo y en el monolitismo, son los peligros principales a los que deben hacer frente las minorías revolucionarias : “En tanto que el partido continúa siendo el crisol donde se elabora y se profundiza la ideología de la clase, tiene por regla, no solamente la mayor libertad de ideas y de divergencias en el cuadro de sus principios programáticos, sino que tiene por fundamento la preocupación de favorecer y mantener incesantemente la combustión del pensamiento, proporcionado los medios para la discusión y la confrontación de ideas y de tendencias en su seno . Visto desde este ángulo de la concepción del Partido , nada le es más ajeno que esta monstruosa concepción de un partido homogéneo, monolítico y monopolista . La existencia de tendencias y de fracciones en el seno del Partido no es algo tolerado, un derecho que puede ser otorgado y discutido, sino que por el contrario la existencia de corrientes en el Partido –en el cuadro de los principios adquiridos y verificados- es una de las manifestaciones de una concepción sana de la noción de Partido” [14].

 

Nuestro objetivo


Controversias nace para contribuir a despejar el terreno hacia la clarificación y el reagrupamiento sobre bases teóricas, políticas y organizativas sanas. En otras palabras, considerando el cambio de periodo que no es sólo un reflujo sino el reinicio histórico de las luchas de clases, nuestro objetivo esencial es retomar lo que fue la principal preocupación de Bilan y que no pudo llevar hasta el final teniendo en cuenta las condiciones de entonces : “...una intensa crítica que pretendía restablecer las nociones del marxismo en todos los ámbitos del conocimiento, de la economía, de la táctica, de la organización”, y esto “sin dogma alguno”, sin “ninguna prohibición ni ostracismo”, y “por la preocupación de determinar una polémica política sana” [15]. Más que nunca hoy esto es indispensable para lograr un nuevo “Octubre 17” si no queremos encontrarnos como estos “viejos bolcheviques ... que repiten estúpidamente una fórmula aprendida de memoria en lugar de estudiar lo que había de original en la nueva realidad” [16].

 

Nuestros medios


De los tres planos (teóricos, políticos y prácticos) definidos por Engels para caracterizar las responsabilidades que incumben a la clase obrera y a sus vanguardias : “Por primera vez desde que existe el movimiento obrero, la lucha se encuentra en estas tres direcciones coordinadas y unidas entre ellas : teórica, política y económico-práctica (resistencia a los capitalistas)” [17], son sobre todo las dos primeras las que nuestras pobres fuerzas nos permiten asegurar. En efecto, al no considerarnos una enésima organización a añadir al calidoscopio político de la Izquierda Comunista, cada uno de nosotros es libre de sostener o comprometerse en las actividades de las organizaciones políticas existentes (lo que es el caso para muchos de nosotros). Por otra parte, Controversias defenderá y participará en las iniciativas tomadas por estos últimos mediante un acuerdo colectivo sobre su pertinencia.

 

¿Quienes somos?


El Foro para la Izquierda Comunista Internacionalista que publica esta revista Controversias es una reagrupación de distintos elementos de varios países que comparten el balance y los objetivos descritos en este editorial. Una parte de sus participantes han sido militantes y/o participantes de diversas organizaciones de la Izquierda Comunista. Como tales, han elaborado numerosas contribuciones, proyectos de folletos y libros sobre los temas y la orientación descritos en este editorial. Por desgracia, poco se ha tenido en cuenta este material, discutido y/o publicado. Juzgándolos de gran rigor, Controversias lo publicará [18]. Durante este año aparecerán dos textos sobre la crisis y las cuestiones económicas, otro sobre La obsolescencia del capitalismo y un libro que actualiza la obra de Engels sobre el Origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado [19]. De igual manera proseguiremos la serie de artículos que hemos comenzado en esta revista sobre el materialismo histórico, sobre el darwinismo y el marxismo, así como sobre la teoría de las crisis, y empezaremos otros sobre temas comunes : la evolución de los modos de producción, las relaciones hombres-mujeres en la historia de la humanidad, la naturaleza humana, el marxismo y el psicoanálisis, la moral, etc.

 

Las Controversias : una tradición revolucionaria


A fin de alimentar el debate y profundizar la teoría marxista, era tradición en las organizaciones del movimiento obrero hacer aparecer todos los análisis y tomas de posición de cara a su desarrollo. En ruptura con esta práctica, en 40 años de existencia, los actuales grupos de la Izquierda Comunista casi nunca han publicado libros o folletos dedicados a la defensa de una posición no oficial.

Pongamos un ejemplo, uno sólo, poco conocido pero muy emblemático de esta absoluta necesidad de publicar y discutir las posiciones minoritarias en el seno del movimiento obrero ya que como decía Lenin : “se ha de ser miope para considerar como inoportunas o superfluas las discusiones de fracción y la delimitación religiosa de los matices” [20] .

En 1906, el dirigente de la fracción bolchevique del POSDR en esta época – A. Bogdanov – escribe una obra sobre el Empiriomonismo. Al publicarse, fue saludado por todos y también por Lenin. Poco después, fruto de sus reflexiones, Lenin hizo una virulenta crítica pues estimaba que el libro estaba dedicado “casi totalmente a atacar el materialismo dialéctico” y que las ideas en él defendidas representaban “una verdadera campaña contra la filosofía marxista” [21]. Lenin redactó esta crítica gracias a un intenso trabajo en las bibliotecas de Londres y de París ... hasta el punto de que sus camaradas se inquietaron por sus numerosas ausencias a las reuniones. Finalizado su trabajo, Lenin volvió a participar en la actividad del partido y pidió que su trabajo fuera publicado y discutido, lo cual se aprobó como era tradición en el movimiento obrero. Después de una intensa discusión interna y pública, los bolcheviques rechazaron las ideas de Bogdanov y adoptaron las de Lenin.

Lo que es interesante subrayar aquí a nivel organizativo es que el comité central del partido bolchevique nunca sacó el pretexto del hecho que la crítica central llevada por Lenin al texto de Bogdanov (a saber, que no era marxista sino idealista) no fuera discutido como tal en los debates internos del partido, para no publicarlo directamente al exterior. Tampoco pretextó por el hecho que este libro de Bogdanov, a su salida, fuera saludado y aprobado por todo el partido (incluido Lenin), para no publicar la crítica ulterior de Lenin. De igual forma, Lenin nunca fue desacreditado u objeto de resoluciones disciplinarias por haberse ausentado de las reuniones del partido y por haber trabajado individualmente durante meses en su rincón.

Dicho de otro modo, al publicar en el exterior del partido y sometiendo inmediatamente a discusión todas las críticas, el partido bolchevique ponía en práctica una verdadera cultura del debate, conforme a la tradición en el seno del movimiento obrero, cultura del debate que la GCF más tarde defenderá con firmeza ante los procedimientos dogmáticos y monolíticos del bordiguismo, como lo demuestra la cita de la Izquierda Comunista de Francia en la página 6.

Así, por su comprensión de la actitud de Lenin y por la ausencia de medidas disciplinarias en su contra, la fracción bolchevique concretizaba los preceptos que toda organización debe seguir en materia organizativa, para dar la prioridad a los debates, tal como lo recuerda Marc Chirik en las citas de las páginas 4 y 5.

Controversias defenderá con firmeza el espíritu y la letra de esta práctica de libertad de crítica en el seno del movimiento obrero. El mismo principio que defendía ardientemente Rosa Luxemburg al constatar que el partido bolchevique no lo respetaba suficientemente : “Es un hecho incuestionable que sin ilimitada libertad de prensa, sin libertad absoluta de reunión y de asociación, es inconcebible la dominación de amplias masas populares. (...) La libertad sólo para los partidarios del gobierno, para los miembros del partido, por más numerosos que sean, no es libertad. La libertad es siempre la libertad del que piensa de otra manera” (Rosa Luxemburg, La Revolución rusa, 1918). Es el mismo principio que defendió Lenin al exhortar a los militantes de su partido a no acordar una confianza ciega hacia las instancias del partido, sino una confianza verificada : “Es un deber de los militantes comunistas verificar, por ellos mismos, las resoluciones de las instancias superiores del Partido. El que, en política, cree bajo palabra es un idiota cerril” (citado por la CGF, Internationalisme nº 25, Marc Chirik, agosto de 1947).

Por esto, Controversias será intransigente e impaciente en la defensa y aplicación de este principio de libertad de crítica sin esperar a que otros despierten, para dar todos los medios a las posiciones minoritarias para que puedan desarrollar el debate. A parte de la casi total ausencia de obras o folletos dedicados a la defensa de una posición minoritaria, en 40 años de existencia de una parte de las organizaciones de la Izquierda Comunista no ha habido, que sepamos, la más pequeña tendencia o fracción interna reconocida que haya impulsado el debate y la clarificación política en sentido positivo. Al contrario, cada vez que han aparecido divergencias, incluso pequeñas, en el seno de estas organizaciones, se han saldado casi siempre mediante salidas, dimisiones y escisiones. Y lo mismo por lo que se refiere a la expresión externa de los debates internos: son escasos y por lo general datan de una época en la que las organizaciones se estaban constituyendo. Esto es terriblemente significativo de las visiones y prácticas organizativas erróneas que hacen estragos todavía en el medio revolucionario.

Esto está en total contraste con toda la práctica del movimiento obrero, y sobre todo del partido bolchevique que en un periodo más corto (1903-1921) conoció decenas de tendencias y varias fracciones que, casi todas, animaron la vida del partido y se resolvieron en la unidad que encontraron en el mismo debate. Igualmente, en 20 años, los bolcheviques publicaron decenas de obras y de folletos defendiendo más posiciones que la oficial.

Nada de esto debe sorprendernos ya que los principales combates (e incluso las escisiones) en el seno del movimiento obrero han empezado, la mayoría de veces, por divergencias a nivel de funcionamiento. Tales divergencias revelan desacuerdos más profundos que han quedado sin resolver. Los desacuerdos en materia organizativa esconden siempre divergencias políticas más profundas que luego enseguida emergen [22]. Por regla general, se puede apreciar el estado político de una organización por la manera de tratar las divergencias y los camaradas en desacuerdo. Cuando hoy se constata en una parte de la Izquierda Comunista, la casi total ausencia de debates en su seno, las pocas expresiones externas de desacuerdos y debates, la rareza de resoluciones positivas a éstos, las disensiones y conflictos dolorosos cada vez que aparecen divergencias y el sistemático ostracismo reservado a los “disidentes”, es obligado concluir que el mal no reside en los que plantean los desacuerdos sino en las organizaciones que no llegan a vivir con tales divergencias.

Controversias no dejará de volver sobre estas cuestiones cruciales para el futuro de las vanguardias proletarias y su capacidad, o no, de estar a la altura de sus tareas históricas.

 

[1Prefacio a El Capital, 1867.

[2Última frase que cierra la Anticrítica de Rosa Luxemburg en su obra La acumulación del capital.

[3Lenin, Nuestro programa.

[4La corriente de la Izquierda Comunista está compuesta por el conjunto de los grupos políticos que se opusieron antes que el trotskysmo a la degeneración de la revolución rusa, de la IIIª Internacional y de sus partidos. Los más conocidos son la izquierda italiana y germanoholandesa. La anverso de la contracubierta anota distintos sitios web y folletos sobre la historia y las aportaciones políticas de esta corriente.

[5En octubre de 1917, los Consejos Obreros en Rusia toman la dirección del país. En septiembre de 1918, tiene lugar una insurrección en Bulgaria. En el mismo periodo se forman Consejos Obreros en toda Alemania y una agitación revolucionaria se extiende entre los meses de noviembre de 1918 y febrero de 1919, llegando a constituirse en Baviera una República Socialista de los Consejos Obreros, que durará desde noviembre de 1918 hasta abril de 1919. En Hungría estalla también una revolución victoriosa resistiendo durante seis meses a los asaltos de la reacción (de marzo a agosto de 1919). En fin, importantes movimientos sociales sacudieron cantidad de países por todo el mundo a consecuencia de las dificultades económicas y sociales de la posguerra.

[6Citemos en particular la resolución del enigma ruso (naturaleza del estalinismo definida como capitalismo de Estado), la teoría de la decadencia del capitalismo, y las lecciones que conciernen al periodo de transición y la utilización de la violencia.

[7Como Antropogénesis, de A. Pannekoek (1945), o Especie humana y corteza terrestre, de A. Bordiga (1951-1953).

[8Este balance será desarrollado en los próximos números de Controversias y en nuestra página Web del mismo nombre.

[9Editions sociales, Souvenirs sur Marx et Engels : 74 y 323.

[10Marc Chirik, citado en Marc Laverne et la GCF, tomo II.

[11Lenin, ¿Qué hacer?, extraído del capítulo Dogmatismo y libertad de crítica, d) Engels y la importancia de la lucha teórica.

[12“...el movimiento socialdemócrata es, por su misma esencia, internacional. [...] un movimiento que empieza en un país joven sólo puede fructificar si asimila la experiencia de los otros países. Y para ello no basta conocer tal experiencia o limitarse a copiar las últimas resoluciones: es preciso saber hacer el análisis crítico de esta experiencia y controlarla. Los que se dan cuenta de cómo se ha desarrollado el movimiento obrero contemporaneo y cómo se ha ramificado, comprenderán qué reserva de fuerzas teóricas y de experiencia política (y revolucionaria) reclama el cumplimiento de esta tarea” Lenin, Qué hacer, ibid.

[13Esto concierne, entre otros, a Trotsky y los grupos que él animará : (a) Trotsky era el presidente de los consejos obreros de Petrogrado cuando los bolcheviques llamaron a su disolución ; (b) era internacionalista cuando la dirección rusa del partido bolchevique se alineó sobre el defensismo en 1914 ; (c) mucho antes Lenin, Trotsky defendía el papel central de la clase obrera en la revolución rusa ; (d) en fin, Trotsky era uno de los pocos bolcheviques que sostenía la posición de Lenin sobre la necesidad de la insurrección en octubre de 1917. El partido bolchevique se encontró muy a menudo a la derecha de la clase obrera y de ciertas minorías de vanguardia (Trotsky, por tanto), y es a la escucha de éstas que los bolcheviques deben su capacidad de recuperarse y ponerse a la altura de sus tareas históricas. Este estado de ánimo es el que falta cruelmente hoy.

[14Marc Chirik, Internationalisme nº 38, 1948, Sur la nature et la fonction du parti politique du proletariat.

[15“Nuestra fracción, al abordar la publicación de este boletín, no cree poder presentar las soluciones definitivas a los terribles problemas que le son planteados a los proletarios de todos los países. [...] no quiere hacerse valer de sus precedentes políticos para pedir adhesiones a las soluciones que ella preconiza para la situación actual. Al contrario, invita a los revolucionarios a someterse a la verificación de los hechos las posiciones que actualmente defiende y las posiciones plíticas contenidas en sus documentos de base. [...] Octubre de 1917, fue posible porque en Rusia existía un partido preparado desde hacía tiempo que, a lo largo de una serie ininterrumpida de luchas políticas, había examinado todas las cuestiones que se el plantearon al proletarido ruso y mundial después de la derrota de 1905. De esta derrota surgieron los cuadros capaces de dirigir las batallas de 1917. Estos cuadros se formaron en el fogueo de una crítica intensa que intentaba restablecer las nociones del marxismo en todos los ámbitos del conocimiento, de la teoría, de la táctica, de la organización: ningún dogma detuvo la obra de los bolcheviques y fue por esto que triumfaron en su misión. [...] Los que a este trabajo indispensable de análisis histórico oponen el cliché de la inmediata movilización de los obreros, no hacen más que confundir e impedir el reinicio de las luchas proletarias. [...] Y este conocimiento no puede soportar ninguna prohibición ni ningún ostracismo. [...] Nuestra fracción hubiera preferido que esto se hiciera por un organismo internacional, persuadida como está de la necesiad de la confrontación política entre los grupos capaces de representar a la clase proletaria de muchos países. Nos gustaría poder ceder este boletín a una iniciativa interrnacional que garantizara la aplicación de métodos serios de trabajo y con la preocupación de determinar una polémica política sana (Introducción a Bilan nº1: Boletín teórico de la Fracción Italiana de la Izquierda Comunista, 1933).

[16Lenin, Lettres sur la tactique, 8-13 abril 1917.

[17Engels, prefacio de 1874 a La guerre des paysans en Allemagne, Edtions Sociales, p. 39.

[18Este es ya el caso por lo que respecta a una parte de este número.

[19El libro es de un autor exterior, pero Controversias ha contribuido activamente en su próxima aparición.

[20Lenin, ¿Qué hacer?, extracto del capítulo Dogmatismo y libertad de crítica, d) Engels y la importania de la lucha teórica.

[21Prefacio a la primera edición de Materialismo y empiriocriticismo (1908) que constituye la respuesta de Lenin a Bogdanov y donde denuncia las visiones místicas e idealistas del marxismo profesadas por este último.

[22El estallido del POSDR antes y durante su congreso de 1903; la lucha de la Izquierda italiana contra la bolchevización de los partidos comunistas (la organización basada en las células de fábrica y no en las secciones rerritoriales); la lucha de Trotsky respecto al régimen interior del partido bolchevique, lucha que precedió sus divergencias políticas propiamente hablando, etc